Son horas de alta tensión en el PRI del Estado de México. La percepción de que desde Los Pinos se apoyará a Josefina Vázquez Mota en lugar del primo del presidente Alfredo del Mazo, explica varias cosas pero una de ellas prevalece: para el grupo Atlacomulco lo que cuentan son los resultados. Siempre están por encima de vínculos personales, lealtades o amistades.

La precandidatura de Del Mazo tendría un problema de raíz. Su inscripción se hizo sin consultar a Enrique Peña Nieto. Fue el pasado 27 de enero, mientras el presidente escuchaba obnubilado el relato de Luis Videgaray sobre su estadía en Washington DC.  

Una maniobra donde el presidente del PRI fue un colaborador dispuesto, especialmente si se trataba de perjudicar a Carolina Monroy, su segunda y con quien tiene una relación glaciar. Monroy ya estaba anotada para esa pelea pero debió resignarse a firmar la carta de apoyo a Del Mazo. Como todo el resto de los interesados, Monroy creyó que Del Mazo ya tenía todo acordado con Los Pinos. No fue así.

Alfredo del Mazo, el día que registró su candidatura.

Cuartoscuro

Quien primero detectó un problema en el intento de Del Mazo fue Luis Miranda, exponente de la línea dura de Atlocomulco. Miranda venía señalado por el entorno de Videgaray por tener responsabilidad en la cancelación del viaje presidencial a la Casa Blanca de Donald Trump. 

Bajo cuestionamiento, el funcionario sacó a relucir sus atributos de estratega de la política mexiquense. Trazó una ecuación muy concreta: la relación de Del Mazo con Eruviel Ávila está deteriorada y Del Mazo no es competitivo sin la estructura de Ecatepec, menos si parte de ese dispositivo se va con la tribu perredista ADN. Del Mazo es fuerte es Huixquilucan, donde hay poder adquisitivo pero poca masa poblacional.

Miranda fue más allá: la derrota de Morena no se definirá en 2018 sino este mismo año y será en Edomex. Como una sentencia absoluta, el secretario resumió: Si Delfina Gómez no gana la elección, Andrés Manuel López Obrador no tendrá chances el año próximo. Y que la mejor autopista hacia ese destino es impulsar la candidatura de Josefina como abanderada panista en Edomex.

De concretarse, el giro sería notable: En 2012 estructuras del PAN jugaron contra Josefina y favor de Peña para la presidencia. Ahora, seis años más tarde, Los Pinos jugará a favor de la candidata pero en su centro neurológico de operaciones, en el terreno político que explica en gran medida la actualidad del país: Edomex.