La idea de que se esté fraguando un intento de "golpe de Estado blando" en México se instaló en las conferencias matutinas de Andrés Manuel López Obrador, y cada vez de una manera más explícita. La posibilidad de que un grupo "conservador" integrado por partidos de oposición, prensa, empresarios e incluso las embajada de EU esté armando un plan de desestabilización parece repetirse en la narrativa del Presidente.

La mañana de este miércoles le dedicó más de media hora al tema. Si bien el tema surgió desde la prensa -con esa preguntas que parecen armadas a modo-, AMLO apoyó el argumento, ligándolo al financiamiento que desde Estados Unidos da a algunas organizaciones sociales, en particular a la de Mexicanos contra la Corrupción, de Claudio X. González.

En Palacio Nacional, una periodista de Contralínea planteó que los grupos opositores "están siguiendo una estrategia" que comparó a lo que el politólogo estadounidense Gene Sharp definió como "golpe blando" para debilitar al gobierno y generar así una percepción negativa en la población sobre el mismo. Fue un argumento que tuvo una respuesta positiva por parte de López Obrador: "Me da muchísimo gusto toda tu argumentación, es muy inteligente todo tu planteamiento", dijo sin profundizar más.

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La pregunta concreta que se le realizó al mandatario, en este contexto, es si haría uso de los aparatos de inteligencia para dar seguimiento a estos grupos que buscan "desestabilizar al país", a lo que el Presidente respondió de forma negativa, destacando que "sólo ahí" no coincidía con el planteamiento de la reportera.

"Discrepamos en lo del uso de la inteligencia para estos casos. El equipo de inteligencia del estado mexicano está destinado a otras cosas. Ya no es como antes que se usaba al CISEN o aparatos del Estado para perseguir y espiar a opositores", agregó al respecto.

En ese sentido, también aseguró que ya había un cambio en la comunicación, aludiendo a las redes sociales y la participación de la ciudadanía en ella, contrastando con la labor de los medios de comunicación y recurriendo a su constante crítica contra los mismos de que "solo pocos informaban".

Entonces, habló sobre el caso de estas organizaciones que suele acusar que más que sociales son "políticas y golpistas": "Era un periodismo totalmente sometido, subordinado, los intelectuales bien maiceados todos. Como esto que estamos viendo, de que van a cobrar los de la llamada sociedad civil a la embajada de Estados Unidos, o sea que la embajada reparte maíz con gorgojo", lanzó.

Pero AMLO eligió hacer un repaso histórico, en una comparación que deberá ser atendida en la Casa Blanca. Ante la pregunta de la reportera, recordó el rol del embajador Henry Lane Wilson, un personaje clave en la caída de Francisco I. Madero.

"Se le lanzaron con todo. Unió a todos en su contra. La gente más vil y perversa. Los intereses más oscuros. La oligarquía del país, los dueños de las empresas petroleras extranjeras, el embajador de Estados Unidos... Wilson. Nunca a habido un embajador tan malo y perverso como Wilson", repasó AMLO.

En efecto, a Wilson se lo recuerda -entre otras cosas- por la reunión que propició en la sede diplomática de Estados Unidos con los golpistas Victoriano Huerta y Félix Díaz para firmar el "Pacto de la Embajada", cuyo objetivo era el derrocamiento de Madero. La conspiración terminaría con los asesinatos del Presidente Francisco I. Madero y del Vicepresidente José María Pino Suárez. Huerta accedía así a la Presidencia.

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Esta semana, López Obrador ya se había quejado que el gobierno estadounidense ignoró su carta diplomática sobre este tema, en donde pide retirar este financiamiento. El argumento del presidente es que estos grupos han realizado campañas para "golpear" a su gobierno en plena campaña electoral y cuentan con los recursos de este país.

A pesar de estas quejas, el presidente auguró que pasadas las elecciones, todo este escenario que ha definido como "golpista" se va a "calmar" y lanzó dos recomendaciones a sus opositores: la primera, "que se serenen", pues aseguró que estaban con mucha rabia ante los cambios de su gobierno, trayendo a cuenta también la última editorial de The Economist. La otra es que deben autoevaluarse, "para no cometer errores". En ese sentido, afirmó que la diferencia entre su gobierno y estos grupos opositores "es que nosotros siempre hemos estado cerca del pueblo".