Desde 2000, se instaló en México una suerte de verdad absoluta respecto a la joven democracia, que por supuesto incluyen las necesarias transiciones entre oficialismo y oposición. "El sistema pacta frente a un elemento extraño y amenazante", es la frase que se repite en el círculo rojo.

Pero la traducción de esa idea, o más bien el aterrizaje a la vida política de los partidos, significó siempre la presunta alianza entre el PRI y el PAN para evitar que la izquierda llegue a Los Pinos.

Los ejemplos de esta verdad revelada son conocidos por todos: según esta teoría en 2000, el PRI ayudó a Vicente Fox. En 2006, también los gobernador priistas habrían evitado que llegue AMLO, cediendo parte de estructura a Felipe Calderón. En 2012, desde Los Pinos devolvieron el favor y habrían hundido a Josefina Vázquez Mota.

Ese historial instaló la idea también de que la clave para ganarle a Andrés Manuel López Obrador estaba en instalarse en segundo lugar antes de marzo. "Quien arranque segundo, polariza y gana", era el argumento.

Sin embargo, ese mandamiento ya está convirtiéndose en una enorme duda para mucho políticos. ¿En verdad Los Pinos colaboraría con Ricardo Anaya, enemigo declarado desde hace largos meses?

LPO ya reveló los interrogantes que se hacen desde el sector empresarial, algunos personajes de la IP muy cercanos a José Antonio Meade. Incluso en el círculo del candidato priista se preguntan por qué Peña Nieto sigue recibieron en privado a Ricardo Salinas Pliego, cuando es evidente que su grupo económico está jugando abiertamente para López Obrador.

Un dato que habría llegado a empresarios ligados a Meade, como explicó este medio, encendió todas las alarmas: en una de las reuniones entre el Presidente y Salinas Pliego, habría participado Esteban Moctezuma, un denso operador político del zedillismo y potencial secretario de Desarrollo Social en el Gabinete de AMLO.

"Los Pinos ya está pactando una transición con Andrés Manuel", fue la advertencia alarmante que lanzó Javier Corral en los últimos días, alimentando todavía más estos interrogantes.

Según el gobernador, los últimos ataques mediáticos contra Ricardo Anaya ya no tendrían la intensión de levantar a José Antonio Meade, sino de frenar cualquier posible repunte del panista.