Hace dos semanas el Senado aprobó una serie de designaciones cruciales en Hacienda, Pemex y Banxico. Un día antes el coordinador panista Fernando Herrera (ligado a Ricardo Anaya) aseguraba que su bancada no acompañaría los nombramientos  y hasta dificultaría el quórum. El senador Emilio Gamboa notificó la situación a Los Pinos y luego pidió a su equipo dos horas a solas para hacer llamados de altura. Habló con varios gobernadores del PAN. Al otro día los nombramientos se efectuaron. Los senadores de Herrera solo se abstuvieron.

Una postal que expresa muy bien esa idea que Gamboa comparte entre íntimos de que su rol es ser un actor crucial en la transición política que viene. Por eso nunca mostró interés ni en la Segob ni en el PRI. La fibra de su poder es el Senado y allí lo ejerce.

Y esto volverá a quedar en evidencia desde mañana jueves cuando se inicie el nuevo periodo ordinario en la Cámara Alta. Gamboa retomará actividades con una agenda paralela que tiene poco que ver con la agenda de este periodo. El coordinador prepara en sigilo, por instrucción directa de Los Pinos, una sesión extraordinaria para junio (la actual caduca el último día de abril), con el objetivo de allí revalidar una eventual negociación del TLCAN y al mismo tiempo votar Fiscal General y Fiscal Anticorrupción. 

Esta  sesión sería especialmente urgente si José Antonio Meade no despega en los sondeos. El primer issue esta especialmente motivado por el poder económico que no desea que la renegociación del tratado quede para 2019. El empresariado mexicano teme a la polarización de la política de EU. Si Donald Trump tiene una gran elección legislativa, calculan, será muy difícil una negociación pareja. En cambio si pierde, ganaran fuerza los demócratas que se muestran cada vez más proteccionistas en materia comercial lo cual tampoco ayuda.

Si Meade repuntara y hubiera horizonte de continuidad el plan se podría suspender pero en caso de que Morena lidere en el tramo final de la campaña, el PRI buscará que el Senado revalide el nuevo acuerdo a como de lugar. Será una cuestión de estado. La premisa hacia los hombres de negocios es que lo que negocien Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo siempre será mejor que una negociación cerrada por Morena.  Si se llegara a esta instancia y el escenario electoral fuera adverso al PRI, será interesante observar qué capacidad de control sobre la bancada tiene el coordinador.

El segundo tema viene de la arena política y pretende garantizar que AMLO no designe al Fiscal General ni al Fiscal Anticorrupción. Más allá de las palabras simpáticas del tabasqueño, la idea de una persecución sigue rondando.  Gamboa insistirá con la ecuación de que el primero sea del PRI y el segundo de los panistas y su no negocia con Anaya lo hará con lo gobernadores, especialmente con aquellos tienen todavía mandatos por delante.