Rafael Moreno Valle activó desde anoche un operativo para captar a los operadores de Margarita Zavala en diferentes estados, figuras que no dejarán el partido y que ahora deberán elegir entre los candidatos que quedan en pie. El poblano cree que puede conseguir la nominación panista si domina la estructura de los Calderón.

Para tal fin juega con dos fichas. Por un lado reparte una encuesta que vendría a decir que él ya está en un mismo nivel que Ricardo Anaya en las preferencias para la presidencial (ambos en torno al 13%) y que tienen un nivel de conocimiento similar. El segundo movimiento es buscar a los operadores de Zavala en los estados gobernados por el PRI y pedir a gobernadores amigos del tricolor que orienten a estas figuras a que se acerquen a su comando de campaña. Hará foco en Bajío y el Sur porque cree que en el Norte están sus mejores chances dentro de la militancia.

El discurso que emite el headquarter del poblano es que Anaya va a salir tercero en la presidencial, detrás del PRI y de AMLO. Esto lo ha conversado Moreno Valle con Dante Delgado y con los gobernadores perredistas. La recepción no ha sido negativa, el problema es qué mecanismo diseñar para bajar a Anaya. 

Y esto es muy difícil para Moreno Valle porque Anaya ha concedido casi todos los pedidos de sus socios políticos. En cambio el poblano tiene múltiples compromisos en el PRI que hacen dudar a sus aliados frentistas. Por ejemplo: ¿Qué ocurrirá en Jalisco? Allí el panista tiene fuertes nexos con el PRI estatal, ¿Qué ocurrirá con Dante Delgado y su obsesión porque Jalisco sea el primer estado naranja con Enrique Alfaro? Este problema se repite en otras locaciones. 

Cerca de Anaya siguen insistiendo con que a Moreno Valle se le ofrecerá la dirigencia del PAN pero al ex gobernador le cuesta aceptar que sea él quien deba resignarse  ante quien con todos los medios que le ha proporcionado el PAN no llega a los 20 puntos de intención de voto. "En seis meses crecí más que Anaya en dos años", repite el poblano ante quien quiera escucharlo.