A menos de un mes de que termine su administración, Alejandro Murat ya empieza a delinear su futuro político para meterse dentro de las corcholatas de la 4T. Su carta, afirman fuentes cercanas a su gobierno a LPO, es llegar a CFE y arreglar la disputa comercial con Estados Unidos.
De acuerdo con las fuentes consultadas, el vinculo del aún gobernador oaxaqueño para lograr ese fin es a través de su papá, José Murat, así como Carmen Lira, directora del diario La Jornada y muy cercana a Palacio Nacional, quienes presionarían para convencer al mandatario de realizar cambios en la Comisión Federal de Electricidad.
De darse este nombramiento, ocurriría en el marco de las consultas que aún se realizan dentro del T-MEC sobre la política energética de López Obrador, a petición de Estados Unidos, lo cual no es casual, pues Murat tiene confianza en que él podría destrabar la controversia.
Además, el oaxaqueño considera que contará con el respaldo de empresas del negocio energético, con las que tiene mucha relación, para llegar a esta empresa estatal, incluyendo empresas que han sido conflictivas para la 4T.
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Un detalle no menor es que tiene una fuerte relación personal con Enrique Ochoa, quien dirigió la CFE durante la administración de Peña Nieto, desde épocas universitarias, marcando un contraste muy fuerte con Manuel Bartlett, quien fue crítico a la gestión de su antecesor.
De cumplirse los deseos de Murat, implicaría un fuerte cambio en el tablero energético de la 4T, sobre todo para Rocío Nahle, que tiene una fuerte mancuerna con Bartlett en la construcción de una política más nacionalista, contraria a la apertura durante los sexenios anteriores,que defienden férreamente.
Para el mercado, estas posturas podrían complicar la resolución de los diálogos con Estados Unidos, corriendo el riesgo de que México sea sancionado con aranceles a exportaciones, sumado a los cambios recientes en economía, ahora a cargo de Raquel Buenrostro, muy cercana a Nahle.
En ese contexto, Murat considera que su carta fuerte es el respaldo del empresariado y la promesa de esquivar sanciones por parte de Estados Unidos, un tema que habrá que verse si realmente tiene suficiente interés en Palacio.
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