Tras aprobarse el envío de 10 millones de vacunas por parte de la ONU, en respuesta a la amenaza de AMLO por una demanda, se dio a conocer que más de 5 millones de vacunas que estaban a cargo del gobierno federal serán desechadas por alcanzar su fecha de caducidad.

A pesar de haber denunciado una presunta escasez por la que se retrasaba la inoculación en diversos puntos de la república, las dosis de Sputnik y AstraZeneca donadas por el gobierno estadounidense se mantuvieron en el almacén de la paraestatal Birmex en Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, y caducaron en junio.

Los problemas de logística en Birmex no son nuevos pues en mayo pasado LPO reveló una discusión aún permanente entre los generales de la Sedena Luis Cresencio Sandoval y Jens Pedro Lohmann para llevar a cabo los negocios y la distribución de las dosis.

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Debido a las quejas sobre los problemas que acarreó la desatención del antecesor de Lohmann, Pedro Zenteno, dos empresas privadas ganaron 11 contratos para el manejo de 282 millones de medicamentos y le robaron a Sandoval la oportunidad de cumplir su palabra con el ejecutivo federal de mantener el control de la distribución.

Este lunes el presidente aseguró que demandaría al mecanismo de las naciones unidas, Covax, por el incumplimiento en la entrega de vacunas que habían solicitado desde abril, por un monto de 75 millones de dólares.

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, detalló que el gobierno de México pagó casi 160 millones de dólares para adquirir 52 millones de dosis vía Covax, pero sólo se han entregado 24 millones. En respuesta, el organismo internacional aseguró que enviaría 10 millones de vacunas marca Pfizer a más tardar en septiembre.