
El foro organizado por Claudio X. González tuvo hoy lunes por figura central a la senadora Lily Téllez quien acaparó la atención ante un público más bien escaso a fuerza de frases contundentes y un histrionismo muy superior al de todo el arco opositor.
Téllez fue la única de los ponentes del panel inaugural (Juan Carlos Romero Hicks, Diego Valadés y Claudia Ruiz Massieu) en atribuirle a PRI y PAN la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia: "el bipartidismo consolidó la democracia y la economÃa pero no evitaron el agravio social ni consolidaron un Estado para la paz". Y agregó: "no se olviden, el México empobrecido es el que votó a AMLO".
Fue la más aplaudida de los expositores y le tomó varios minutos abandonar las instalaciones de Expo Reforma, en el centro capitalino, producto de los pedidos de fotos y de la persecusión de las cámaras de TV. Un contrapunto absoluto con Santiago Creel, que se paseaba rodeado solo por asistentes y era apenas requerido para un saludo o una foto de ocasión. Al observar esa diferencia abismal cuesta mucho entender que Creel crea que puede disputar realmente una candidatura presidencial a la senadora sonorense.
Téllez tiene una vestimenta relajada y un estilo personal muy llano. Toma notas mientras otros oradores hablan y mira rara vez su teléfono celular. Durante el vento fue acompañada permanentemente por el ex senador Roberto Gil Zuarth que a esta altura es la persona más determinante en la ambición presidencial de la senadora.
El discurso de Téllez tiene otros dos elementos que el arco opositor no toca o toca con cierta distancia: la senadora dice que la democracia está en peligro (una novedad para un candidato antisistémico) y habla enfáticamente de la supuesta operación electoral que Morena tiene en su favor por parte del narcotráfico. Insiste además con el concepto de la llamada "elite militar" cooptada por Palacio Nacional. Son conceptos que por miedo, cálculo u motivos inconfesables, sus competidores por la nominación opositora no tocan.
Fuera de su presencia el encuentro fue un tanto intrascendente. Poco público para una pasarela de precandidatos (menos de 300 personas), un servicio permanente de café, galletas y refrescos que interferÃan con el sonido de las charlas ya que los asistentes se congregaban en torno a los meseros, y un estilo bastante horizontal, sin zonas VIP y con el organizador principal, Claudio X., paseando entre los asistentes, sonriente y accediendo de buen gusto a "selfies" y comentarios superficiales.
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