La visita del secretario de Estado Antony Blinken a México coincidió con la del alcalde de Nueva York Eric Adams, que tuvo la oportunidad de conversar con diversos animadores de la polÃtica nacional.
Adams no tuvo contacto con Blinken pero cuando le preguntaron por la cumbre de seguridad entre los gobiernos de EU y México, el alcalde contó que la gobernadora demócrata de Nueva York Kathy Hochul estaba presionando cada vez más a Joe Biden con la dramática situación en la frontera sur que desborda los albergues migrantes en la entidad que ella gobierna. Al parecer, tanto para Adams como para Hochul, la táctica de la Casa Blanca ha fracasado.
El eje del desacierto, según estos polÃticos, es que Biden no quiere cargar con el apodo que recibió el último presidente demócrata: "Deporter in chief".
Barack Obama deportó 3 millones de personas y en la lógica de los asesores de Biden, ese fue el inicio para que los demócratas comenzaran a perder terreno en el voto latino a manos de los republicanos. Esa decisión polÃtica explica en parte el descontrol fronterizo.
En lo que va del 2023 más de 2 millones de personas migrantes llegaron a la frontera de Estados Unidos y de ahà el caos actual. El dato más delicado que Blinken deslizó en su visita a CDMX: aproximadamente 300 de esas personas están en las listas de anti terrorismo que confeccionan las agencias de seguridad del paÃs vecino.
Este detalle es clave porque introduce el otro problema de frontera que tiene Blinken: el de Ucrania. Congresistas y senadores en Washington son cada vez más enfáticos en que el lÃmite a defender es el de Estados Unidos con México y no el frente de la guerra entre Ucrania y Rusia. Si no hay más gasto federal en la frontera sur, difÃcilmente el Capitolio apruebe más recursos para Kiev. Asà lo planteó la semana pasada Lindsay Graham, que es un senador de enorme predicamento en el bloque republicano.
No son solo declaraciones en Fox News. Actualmente 50 congresistas del partido republicano están en contra de enviar más recursos a la guerra contra Vladimir Putin.
La negociación ya es visible: los republicanos solo fondearán el gasto militar en Europa a cambio de un giro radical en la polÃtica fronteriza de Biden. En la óptica del staff de Blinken es un escenario incómodo porque el presidente queda obligado a elegir entre perder una guerra en Europa o perder su reelección el año próximo.
Los demócratas no solo están presionados a invertir más en seguridad fronteriza sino que a eso se le debe agregar una determinación polÃtica y de aplicación de la ley que de momento Biden no expresa.
Frente a esos dilemas aparece Andrés Manuel López Obrador que insiste en que Biden debe inyectar recursos en América Latina para combatir las causas profundas de la migración como la pobreza, el desempleo y la desigualdad.
Ese escenario para Blinken es intransitable, no solo porque no ofrece respuestas inmediatas sino porque es muy viejo, ya se analizó y se descartó: era un plan de Dean Rusk, secretario de Estado de John Fitzgerald Kennedy.
La visita de Blinken deja la sensación en el gabinete mexicano de que, como nunca antes, una cuestión de seguridad fronteriza aparece completamente ligada al conflicto bélico que sacude a la OTAN. Un asunto de máxima densidad y que rebaja el desfile de los soldados rusos en el zócalo por el DÃa de la Independencia a una mera anécdota de color.
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