Los principales líderes opositores ya comenzaron a organizar la nueva manifestación en defensa del Instituto Nacional Electoral. Será el próximo 26 de febrero y -si no ocurre nada extraño- la congregación tendrá su evento principal en el Zócalo de la Ciudad de México. Un verdadero desafío a Andrés Manuel López Obrador, quien construyó su liderazgo en buena parte por su poder de movilización.

La mesa de organización incluye, desde luego, a las organizaciones civiles. Y también a varios operadores de los partidos de oposición, quienes en las últimas horas debatían sobre las opciones de orador único en el evento. Todos coincidían en la necesidad de darle voz a un ex ministro de la Suprema Corte, una forma de darle solidez al reclamo.

En el evento anterior el único orador fue José Woldenberg, uno de los emblemático fundadores del IFE que abrió paso a la alternancia en México.

Se trató de un acto que habría congregado a la mayor cantidad de personas en el Ángel de la Independencia, pero muchos de ellos se dispersaron antes de llegar al Monumento a la Revolución. Con ese aprendizaje, la oposición buscará centralizar la mayor cantidad de concurrentes directamente en el Zócalo.

Fueron varias las opciones que se manejaron para la figura que tomará la palabra en el Zócalo. Algunos propusieron a Genaro Góngora Pimentel. Otros querían que fuera Diego Valadés. Ambos de amplia trayectoria y prestigio. Pero el elegido, según pudo saber LPO, es José Ramón Cossío. La invitación ya se cursó, falta la confirmación del ex ministro de la Corte.

Cossío es uno de los tantos personajes apuntados por AMLO como "beneficiario del régimen de corrupción". El presidente lo acusó desde una de sus mañaneras -confirmando una primicia de LPO- de formar parte de un despacho con sede en Houston, cuyos principales clientes serían empresarios del sector energético, pero que también impulsó otros amparos como los interpuestos contra el aeropuerto de Santa Lucía. 

En su momento, Cossío replicó desde su cuenta de Twitter: "Quiero dejar en claro que no asesoro a ningún despacho ni persona en los litigios vinculados con los aeropuertos. Lamento la confusión en que ha incurrido el Presidente". ¿Aceptará ser la cabeza de un acto opositor, y acaso volverse blanco de nuevas acusaciones desde el púlpito presidencial? Es la duda que persiste en estas horas.