La secretaria de Energía de EU Jennifer Granholm se alineó con la Representante Comercial Katherine Tai y por estas horas ambas impulsan un panel de controversia contra el Gobierno mexicano por la política energética de Andrés Manuel López Obrador. Si este proceso, en el marco del T-MEC, tiene un resultado adverso México se expone a sanciones por hasta 30 mil millones de dólares.

Según pudo conocer esta redacción, Granholm quiso impulsar el panel desde su primera visita a México donde ya había advertido problemas serios con el predominio de CFE en el mercado eléctrico. Así se lo había dicho tanto a Ken Salazar como a John Kerry.

La secretaria de Energía cultiva una tesis muy presente en el ámbito político de Washington DC: que Salazar y Kerry fueron, en cierto sentido, "timados" por la retórica de López Obrador.

Las postales de los días pasados de Kerry junto a Manuel Bartlett en clima de gran camaradería refuerzan estas teorías. Bartlett es el destinatario final de esta embestida que proviene desde el país vecino.

El ultimátum que se conoció en las últimas horas desde Washington para con la 4T, a través de un despacho de la agencia Reuters, la encuentra a Granholm fortalecida y alineada tanto con Tai como con el canciller Antony Blinken. De hecho, Granholm tiene un aval absoluto de los ejecutivos del sector energético de su país con negocios en México. En las próximas horas podría aparecer un comunicado con firmas de alto hándicap.

Es evidente el panorama al interior del staff demócrata. Los cuadros de corte técnico ya no aceptan nuevas dilaciones o promesas de López Obrador. En cambio, los funcionarios con más sensibilidad electoral como Salazar o Kerry insisten en preservar la relación con el presidente mexicano para que este siga apoyando los esfuerzos por contener las oleadas migratorias que llegan a la frontera sur del país.

Salazar y Kerry entienden que Joe Biden tiene mucho que perder si se confronta con López Obrador. No solo por la migración sino por el drama del tráfico de fentanilo en cuyo combate se requiere de la cooperación mexicana o el reciente, y hata ahora imperceptible, frente del lavado de activos a través del flujo de remesas.

El clima político en Estados Unidos es idóneo para un choque comercial. Desde hace semanas que México se ha convertido en un lugar de críticas comunes de demócratas y republicanos. Es notable: el presidente mexicano es un apasionado de la polarización pero en Washington genero las condiciones para un consenso que es inquietante para su Gobierno.