En las últimas horas Alejandro Moreno Cárdenas ya no oculta que sus candidatos para la nominación opositora son, tal como ya anticipó LPO, Enrique De la Madrid y Beatríz Paredes. El dirigente del PRI quiere que los tres partidos del frente opositores tengas dos integrantes en el proceso de selección.
En el PAN no hay inconveniente porque ya descartada Lilly Téllez los aspirantes serán Santiago Creel y Xótchil Gálvez. En el PRD sucede algo similar con Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera.
Con ese norte se ha vuelto imperativo en las oficinas de Avenida Insurgentes bajar el proyecto de Alejandro Murat. Por estas horas hay una fuerte presión de Alito sobre quien fuera su "roomate" años atrás. Este mecanismo incluye la advertencia de revelar ciertas cuestiones explosivas para el círculo familiar del ex gobernador de Oaxaca.
Alito necesita bajar a Murat porque le implicaría no controlar el proceso con las estructuras corporativas del partido que aún decadentes todavía pueden significar una cantidad de votos que moldean la elección. Son estructuras que ni De la Madrid ni Paredes tienen. Además ninguno de ellos le va a disputar el destino del partido.
Con Murat la ecuación es diferente porque tiene nexos con gobernadores de Morena que le ofrecen una mayor autonomía en el mecanismo de elección de candidato. Esa cobertura con la 4T es la que motiva que por estas horas Murat insiste en que no declinará y que su candidatura está firme.
En Palacio Nacional agrada esta intransigencia porque Murat, además de ser un aliado de Morena a través de su padre, ofrece la chance de que la interna opositora se decontrole en lo retórico y aún perdiendo, tenga posibilidades de daño real sobre otros candidatos.
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