Ernesto Cordero y Roberto Gil Zuarth, ligados al calderonismo, comenzaron la semana pasada a organizar dos encuentros con gobernadores del PAN con el objetivo de quitarle el control a Ricardo Anaya lo más rápido posible tras la elección presidencial, que ambos dan por descontado que se perderá a manos de Morena.
Se están organizando dos encuentros. Uno sería coordinado por Francisco Cabeza de Vaca y un segundo tendría como armador al gobernador saliente de Guanajuato Miguel Márquez, donde el partido se encamina retener el poder por amplia mayoría.
Cordero y Gil pretenden un escenario como el de 2012, en el cual a menos de un mes de la derrota de Josefina Vázquez Mota el panismo inició su reestructuración. Esperan que los gobernadores hagan sentir su peso, primero para quitar a todos los anayistas de posiciones clave y luego para iniciar formalmente la expulsión del queretano.
Cordero explica que esa es la motivación para su denuncia ante PGR: que esa sea la carta para, estima antes de diciembre, poder correr a Anaya por casos de corrupción.
Ninguno de los dos es claro sobre cuál es el futuro de Margarita. Cuando les preguntan sostienen que ella baraja retirarse de la política y que por ahora no está en sus planes un nuevo partido. Pero Felipe Calderón sigue siendo panista y quiere jugar en la transición. Zavala podría ser una líder en ese proceso.
Para estos contactos estarían encontrando dos apoyos fundamentales: Miguel Ángel Osorio Chong, que tiene estrecha relación con todos los gobernadores panistas que fueron elegidos en los últimos tres años y Emilio Gamboa, con trato y acuerdos con varios senadores del albiazul.
Los calderonistas quieren organizar una transición de modo de ser más rápidos que Javier Corral -que tiene pretensiones- y Rafael Moreno Valle que también quiere jugar fuerte en lo que venga del panismo. El tablero que visualizan es que esos serán los grupos de poder en pugna.
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