En la actualidad, pensar en migración en México se asocia con rapidez a los numerosos flujos de migrantes que vienen de centroamérica. Lo cierto es que la frontera norte del paÃs se está poblando cada vez más de mexicanos que también buscan asilo en Estados Unidos y han sido desplazados de sus comunidades de origen.
Es difÃcil contabilizar con exactitud cuántas personas mexicanas están dejando sus hogares y buscan cruzar a los Estados Unidos, pero si se observan diferentes registros, tanto de autoridades fronterizas como de la ACNUR, es clara la tendencia al alza desde 2021.
México no ha dejado de ser un importante expulor de migrantes, solo que ahora el motivo primordial no es económico: se trata de desplazamientos forzados por violencia e inseguridad en sus comunidades.
De acuerdo con los datos oficiales de Protección Fronteriza, durante 2021 se contabilizaron 650 mil encuentros con mexicanos, en 2022 escaló a 800 mil y en 2023 la cifra bajó a 700 mil. Otros datos los ofrece la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), que registra más de 379 mil personas desplazadas por incidentes de violencia entre 2006 y 2021 y proyectó que al cierre de 2023 se sumarÃan otras 30 mil más. Al momento no se ha actualizado el registro.
El problema de desplazamiento forzado responde principalmente a problemáticas de violencia relacionadas con el crimen organizado (secuestros, extorciones, despojo), aunque -en menor medida- también se registran factores de Ãndole religiosa, polÃtica, género, desastres naturales y extracción de recursos naturales por grandes corporaciones.
Entre los estados más afectados por temas de violencia se encuentran Chiapas (este último ha mostrado importantes incrementos en el último año), Michoacán y Zacatecas. Eso, a la par de que el gobierno de López Obrador presume que la violencia en el paÃs ha disminuido.
No es un tema nuevo, aunque ha tomado relevancia en el interés público. De acuerdo con especialistas, la problemática se agudizó a partir de la guerra contra el narco de Felipe Calderón, en particular hacia 2008, pero es en los últimos años que ha tomado más fuerza, acaso por una sofisticación del crimen orgnizado, permenado diversas areas de la vida cotidiana, asà como un mayor registro de los desplazamientos, antes más invisibilizados.
Ahora el tema migratorio ha centralizado las agendas públicas, sobre todo tras el surgimiento de las caravanas centroamericanas migrantes de 2018 y el constante flujo del sur global. En ese contexto, vale resaltar que los registros oficiales coinciden en que la tercera parte del fujo de encuentros de la frontera terrestre de México-Estados Unidos son por población mexicana desplazada de manera forzada, principalmente por la violencia.
"En los albergues donde me ha tocado trabajar (en Tijuana), prácticamente más del 60% de las personas en los albergues son personas mexicanas, prioritariamente desplazados forzados internos", relata el Dr. José Israel Ibarra González, profesor-investigador del Colef, unidad Nogales.
"Los migrantes dejaron de ser estos migrantes económicos tradicionales y se han convertido en desplazados forzados por una inercia de violencia que no se ha logrado revertir. En ese sentido, han incrementado las peticiones de asilo en Estados Unidos", explica el experto.
Sin embargo, ser asilado en el paÃs vecino del norte no es un objetivo sencillo de lograr, pues para poder agendar una cita con jueces pueden pasar hasta dos años. Y luego, pasar las entrevistas y que las autoridades consideren que la vida de las personas efectivamente están en riesgo, es otro reto. "Muchas veces las personas huyen de noche, sin poder tomar pruebas de nada. Es muy difÃcil comprobar esa situación", agrega Ibarra González.
En ese contexto, son miles las y los mexicanos que esperan en ciudades fronterizas del norte del pais, junto con migrantes de otros paÃses en campamentos precarios en donde terminan siendo también vÃctimas de la violencia y la inseguridad; en una espera indefinida y sin posbilidades de regresar a sus hogares, relata por su parte la Dra. Gabriela Morales, académica de la UNAM.
Sin respuestas del Estado
A pesar de que el desplazamiento forzado interno es una problemática al alza, no existe en la actualidad ninguna normativa en México para atenderla, o para poder tener un registro mucho más preciso de cuántas personas se encuentran en esta situación y poder atenderlas, resarcir los daños, critican ambos expertos.
Si bien el tema migratorio tiene un papel prioritario en la agenda de los gobiernos, desde el discurso el enfoque suele estar en demandar la regularización de migrantes mexicanos que trabajan en Estados Unidos o en contener los flujos que vienen del sur global, quedando el tema del desplazamiento invisibilizado.
Algunos pasos se han dado por parte de la Unidad de PolÃtica Migratoria de Segob, sin embargo, no existe la figura legislativamente. Hace un par de años los diputados aprobaron la Ley general para prevenir el desplazamiento forzado interno, pero sigue congelada en el Senado.
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