La consolidación del voto duro del PRI mediante el aporte de recursos federales, una creciente afluencia de indecisos -supuestamente jóvenes- hacia la campaña de Juan Zepeda y el rumbo errático de Josefina Vázquez Mota son los argumentos de Luis Videgaray para asimilar que la campaña de Alfredo Del Mazo luce mejor que hace tres semanas y que tiene altas chances de retener el bastión tricolor.

Es tal este grado de confianza que ya desde su oficina el canciller ha comenzado a diagramar el potencial gabinete de Del Mazo. Realiza llamadas y ofrece cargos a funcionarios de Secretaría de Hacienda, Economía, entidades como Banobras y por supuesto el ITAM. El costado político del potencial gabinete no le resulta atractivo: lo cedería a Carolina Monroy hoy por hoy protagonista en el comando de campaña.

Miguel Messmacher, subsecretario de Ingresos en Hacienda, habría recibido en los últimos días el encargo de comenzar a pensar en el equipo económico. Por ahora evalúa posibles prospecto que luego serán remitidos a Videgaray.

El canciller recibe una serie de encuestas a diario en la Secretaría de Relaciones Exteriores y emite conclusiones como que el voto duro del PRI no está tan fuerte como en la elección de Eruviel Ávila pero que sí está más potente que en la votación de Enrique Peña Nieto.

Otra de estas ideas viene a sostener que los jóvenes indecisos están mucho más cerca de votar a Zepeda que de ir tras la ola de Morena. Alega además, como economista que es, que esto se sabe en Morena y que ha calculado cuánto tiempo aparece AMLO en los spots en diferentes campañas: 20 segundos en Coahuila y más de 50 en Edomex. Con ese dato justifica la idea de que Delfina no está en una buena racha.

Economía, obra pública y desarrollo social son las áreas del eventual gobierno que el canciller reclama para su grupo político. Cuando le consultan si Euviel podrá dejar funcionarios en el próximo gobierno lo niega de plano.