
Octavio Romero está convencido de que diversas informaciones referidas a los accidentes que afectan a Pemex, como el derrame en el Golfo que tuvo lugar en julio, son instaladas en los medios desde el sindicato que comanda Ricardo Aldana, hombre de todas las confianzas del histórico Juan Carlos Romero Deschamps.
El motivo de esta jugada es elevar la presión sobre la empresa para una mejora salarial. Es crucial instalar la narrativa de que los empleados de la petrolera están sujetos a grandes riesgos por una infraestructura inoperante y en muchos casos obsoleta.
Para Aldana no es complicado porque, según dicen en la Torre de Anzures, ha heredado las buenas relaciones en la prensa que Romero Deschamps generó durante su gestión en el sindicato.
Con esa tesis se explican las imágenes que llegan a los medios sobre los derrames de Pemex asà como también ciertos datos reservados sobre la naturaleza de los accidentes.
El epicentro de este conflicto es la sección 34 del sindicato petrolero que es desde donde más virulentamente se rechaza el aumento salarial del 4.2% que Romero ofrece. Se reclama que es un incremento por debajo de la inflación y se ataca el esquema de pensiones. El sindicato va por un aumento del 7%.
De momento las 36 Secciones del sindicato rechazaron la oferta de Pemex, declararon asambleas permanentes y sostuvieron su emplazamiento a huelga.
Romero necesita bajar salarios, pero fundamentalmente reducir las plazas de confianza en Pemex que se reservan para hijos o familiares de los empleados casi como un derecho histórico, sin importar demasiado la capacidad técnica de esos futuros empleados o la necesidad recurrente de la petrolera.
Pemex es la empresa del sector más endeudada del mundo, depende del salvataje de la SecretarÃa de Hacienda y nota crediticia está amenazada por las agencias calificadoras. El ajuste en su gasto operativo es indispensable.
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