Legalidad, autonomía universitaria y libertad. Son tres conceptos con los que Enrique Krauze resumió la vida de Javier Barros Sierra, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante el difícil trayecto del Movimiento Estudiantil mexicano de 1968.

"Yo no leeré el discurso de Javier Barros Sierra, pero les aseguro una cosa. Hay tres palabras claves en ese discurso: leyes legalidad, autonomía universitaria y libertad. Ese es el rector que tuvimos en el 68 y que yo recuerdo desde entonces con emoción y reconocimiento", dijo Krauze en una conferencia en la Facultad de Arquitectura como parte del ciclo "M68: Ciudadanías en Movimiento".

Egresado de la UNAM y encargado de dar el discurso de despedida del rector tras su muerte el 15 de agosto de 1971, Krauze añadió: Barros Sierra "era un hombre con autoridad moral, algo rarísimo en México, era un líder con autoridad moral. Barros Sierra era el Presidente que debimos haber tenido en 1970 y no Luis Echeverría. Si México hubiese sido democrático en 1970, cosa que es un sueño de opio, el Presidente debió haber sido Javier Barros Sierra, tenía autoridad, tenía un sentido histórico, no olvidemos que estamos hablando del nieto de Justo Sierra".

Krauze y el también historiador Leonardo Lomelí recordaron el papel del ingeniero y matemático, secretario Obras Públicas durante el sexenio de Adolfo López Mateos, al tiempo que Gustavo Díaz Ordaz era secretario de Gobernación.