En el calor de la protesta, la foto pasó desapercibida: el vicepresidente de la Junta de Castilla y León y lÃder de Vox en la comunidad, Juan GarcÃa-Gallardo, se acercó a la protesta agraria en Valladolid para su dar su apoyo y recibir el afecto habitual de los trabajadores rurales. Sin embargo, esta vez, recibió reproches e insultos.
"A hacerse la foto no. A aprovecharte de nosotros no. Mucha jeta, os importamos una mierda", le espetó el agricultor más enojado con su presencia en la protesta. El enojo colectivo contra este lÃder de Vox refleja el creciente recelo de los agricultores con el partido que más supo canalizar el malestar del sector.
No en vano, todos los referentes de las agrupaciones autoconvocadas a través de las redes sociales, grupos que están movilizando a los tractores por fuera de las grandes agrupaciones del sector, militaron activamente en Vox.
"He militado en Vox pero el año pasado presentó mi dimisión voluntaria. No quiero saber nada de ningún partido polÃtico, ni de ningún sindicato agrario, ni de sindicatos polÃticos", ha explicado Lola Guzmán, cara visible de la Plataforma 6F, colectivo radical que llama a "paralizar Madrid y llegar a Ferraz".
Agricultores y camioneros calientan la protesta y llaman a "paralizar Madrid y llegar a Ferraz"
El enfado con Vox tiene su explicación: los de Abascal ya cogobiernan en varias comunidades -la retórica se ha transformado en institucionalidad- y pese a manejar las áreas de agricultura no han logrado implementar "medidas transformadoras en favor del campo", según despotrican muchos agricultores.
Esta pérdida de fidelidad tiene un riesgo polÃtico. En Vox temen que de esta gran revuelta agraria surja un partido del campo con capacidad para presentar una candidatura para las elecciones europeas de junio.
El ojo no está puesto en la "anárquica" plataforma de Guzmán, sino en una agrupación que desde el año pasado viene sumando apoyos y adhesiones del sector. Se trata de "SOS Rural", "un movimiento nacional que une a centenares de organizaciones de toda España y cuyo objetivo es poner en valor la actividad productiva y social del medio rural", como se definen en su página web.
La plataforma está conformada por 500 organizaciones de agricultores, ganaderos, mujeres rurales, cazadores, pescadores, comerciantes, transportistas o autónomos. Se dio a conocer el año pasado con una manifestación en Madrid que reunió a 1.500 agricultores.
Su portavoz es Natalia Corbalán, agricultura de Cartagena y CEO de la Fundación Ingenio, una organización que englobamos a más de 45 cooperativas y empresas agrÃcolas de esta región.
"La desconfianza en los partidos polÃticos es absoluta, han demostrado que no podemos confiar en ellos. Nuestra voz no la van a callar", aclaró, micrófono, en aquella concentración.
En enero, Corbalán se trasladó a Madrid para presenta "iniciativas legislativa" para "salvaguardar el futuro del sector primario en España", una muestra del anclaje polÃtico que empieza a tener el movimiento.
"No sólo buscamos cambiar leyes, sino también despertar la conciencia pública sobre la importancia crÃtica de proteger el sector primario para el bienestar de las comunidades rurales y la estabilidad del paÃs en su conjunto", explicaba la agricultura desde la puerta del Congreso.
A diferencia de los convocatorias de grupos que se mueven a través de los canales de mensajerÃa y de las redes sociales, SOS Rural no ha organizado ningún concentración de agricultores, pero sà ha esparcido sus tentáculos para canalizar la bronca colectiva.
"Estábamos viendo que era cuestión de dÃas que este sentimiento irrumpiese en España, hay un sentir generalizado en Europa. El contagio era completamente lógico. El campo ha despertado, ha roto cadenas, estamos hartos de todo y vamos a salir a la calle", explica Corbalán. Y agrega: "El partido se juega en Europa".
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