"No ganamos, pero podemos hacer perder". Esta frase suena desde hace varios dÃas en el entorno del intendente de Villa MarÃa, MartÃn Gill, quien en las últimas horas y en el marco del promocionado Festival de Peñas recibió en su ciudad al candidato a gobernador del PJ cordobés, MartÃn Llaryora. Afirmación -la que encabeza esta nota- que, además, pertenece a uno de los varios intendentes con los que el exfuncionario de Nación construyó un espacio en los últimos dos años y que ahora, a meses de la elección que definirá al sucesor del gobernador Juan Schiaretti, está a las puertas de confirmar la ruptura con el FdT para sumarse al proyecto del llaryorismo.
Cerca del exsecretario de Obras Públicas también sostienen que están lejos en los números que podrÃan llegar a generar una expectativa importante para el oficialismo nacional y afirman que, en un escenario de paridad en Córdoba, presentar una lista serÃa "hacerle el juego a (Luis) Juez". "Presentar una lista es ser funcionales a Juez o a Juntos por el Cambio. Igual, sabemos lo que construimos en este tiempo y no queremos entrar por la ventana, pretendemos hacerlo en el marco de una discusión", aseguran.
En la noche del martes, en Villa MarÃa se produjo el primer contacto en clave electoral entre Llaryora y Gill; y ambos se lanzaron gestos para encaminar todo hacia un acuerdo. Es más, el propio intendente de Córdoba Capital definió al villamariense como "un amigo" y habló de "construir una coalición".
"No fuimos a Villa MarÃa a ofrecer cargos, estamos en plena etapa de construcción", dijeron a LPO desde el llaryorismo, aunque sà es cierto que esto despeja a un potencial candidato provincial que podrÃa tener Casa Rosada. En tanto, y casi en la misma sintonÃa, un ministro provincial al tanto del armado electoral reconoció por estas horas que el reingreso de Gill al PJ cordobés "es un hecho consumado". "El tema es cómo entra", agregó.
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En las últimas semanas, y mirando a la distancia la tensión entre los socios cordobeses de Juntos, Llaryora empezó a caminar la provincia con el traje de candidato y a mostrarse amplio. Por lo tanto, en este marco, la escala en Villa MarÃa con foto incluida y con un dirigente que cerca de Schiaretti aún lo ven como un opositor, contribuyó a la idea de un acuerdo que incluirá, además y según pretende el propio Llaryora, dirigentes del radicalismo. Tal es el caso de la intendenta de Estación Juárez Celman, Myrian Prunotto.
"Nosotros, en cada recorrida, mantenemos reuniones con los dirigentes nuestros del peronismo, pero también hablamos con los radicales. En todos los pueblos", reconoció en el mediodÃa de este miércoles una persona que sigue el minuto a minuto de la agenda del candidato.
"Y lo hacemos sin pretender que ellos pierdan la pertenencia a sus partidos o a sus espacios, es una construcción sin fórceps", agregan.
En las charlas con su mesa chica, Llaryora reconoce que hubo algunos desentendimientos del PJ en dos departamentos que resultan fundamentales desde lo electoral en la cuenca productiva: Unión y Marcos Juárez; en este último, agravado por la derrota del año pasado frente a la lista del macrista Pedro Dellarossa. Por ello, en el esquema provincial que pretende liderar el llaryorismo a partir de diciembre, esos dos distritos pueden ser controlados por el gillismo, como asà también el departamento General San MartÃn en un acuerdo en el cual quede bien parado el ministro schiarettista, Eduardo Accastello, dirigente con el que Gill debe limar aún algunas asperezas.
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El resto del sudeste, es lo que tiene en la mesa para negociar Gill y por ahà pasa la herramienta del entorno del villamariense para plantarse a algunos ministros schiarettistas puros a los que les adjudican ciertas derrotas. "En Marcos Juárez no hay una gran agenda de obras de la Provincia para inaugurar. Entonces, algo hicieron mal", cuestionó un gillista a este sitio y alimentó la chance de acordar las candidaturas de legisladores departamentales.
Esto, en el armado de las listas; porque para adelante, el sector de Gill pretende ministerios y descarta Educación. Algunos aseguran que pretende Obras Públicas que hoy controla uno de los ministros de mayor confianza de Schiaretti: Ricardo Sosa. Por lo tanto, hay expectativas cerca de Gill a las que en el llaryorismo le ponen paños frÃos.
Por ahora, el plan de expansión de Llaryora continúa: abraza al PJ de pasado kirchnerista, al radicalismo, contiene al socialismo, respeta los plazos de Schiaretti sin tensionar con la Vieja Guardia y promete -"con prudencia", dicen- lugares a los intendentes sin re-re. Todo, ante una indefinición de Juntos que, a la filial cordobesa de la oposición, empieza a preocupar.
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- 216/02/2310:25Si no integra al 10, 12, 15% de voto kirchnerista, los "peronistas" de Cordoba pierden la provincia.
- 116/02/2307:51Los que volvían mejores, los albertistas, ahí están , arreglando un cargo para no quedarse afuera, cómo le erro tan feo cfk en 2019...