Martín Gill, quien fue segundo de Gabriel Katopodis en Obras Públicas, será ministro de Cooperativas del próximo gobierno de Córdoba que encabezará Martín Llaryora. 

Aunque desde afuera podría leerse que la designación es simbólica, fue una cartera muy disputada hacia dentro de la rosca del peronismo: ocurre que las cooperativas tejen en Córdoba una amplia red de servicios (luz y agua) y negocios (préstamos mutualistas) en el interior provincial, y a ellas Llaryora les dará la ejecución de obras de conectividad y red de gas domiciliario.

Como segundo de Katopodis, Gill armó a base de obra pública su propia red de intendentes, quienes, en general, desoyeron a Juan Schiaretti y jugaron a favor de Sergio Massa, por lo que la designación del saliente intendente de Villa María es también una fuerte señal hacia dentro del peronismo. Gill se convierte en un socio generacional del próximo gobernador. Como gestor, en el llaryorismo le reconocen a Gill suficientes méritos para el cargo.

Las obras que ejecutarán las cooperativas serán una de las puertas de entrada de Llaryora en el interior profundo de Córdoba, aquel que votó por Luis Juez en la elección provincial. Como se recordará, Llaryora fue elegido gobernador por los vecinos de las dos ciudades que gobernó, San Francisco y Córdoba: allí obtuvo las diferencias para inclinar a su favor el resultado final. Ese déficit político es el que Llaryora quiere saldar, y tendrá como una de sus manos ejecutoras a Gill.

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A diferencia de la motosierra, Llaryora ampliará a casi 25 los ministerios y agencias. Además de Gill, están confirmados el otrora ácido opositor Juan Pablo Quinteros, en Seguridad; Liliana Montero, quien se reunió con Malena durante la campaña, en Desarrollo Humano; y el hombre fuerte del PRO en el sur cordobés, Pedro Dellarossa, como titular de Industria.

Del sector privado, incorporó una pieza clave: Ricardo Pieckenstainer, CEO del Hospital Privado, tendrá a su cargo Salud. Esta también es una brasa compleja de agarrar: el cierre masivo de clínicas en el interior provincial y la precarización laboral pusieron en máxima tensión al sector público de la salud. Pieckenstainer deberá desplegar telemedicina y articular con el sector privado para satisfacer la demanda.

Del llaryorismo puro están Guillermo Acosta, quien tendrá a su cargo Economía; David Consalvi, que asumirá en la estratégica Secretaría General; Gustao Brandan, intendente saliente de Colonia Caroya, que conducirá Obras Públicas; y Daniel Pastore, a cargo de Comunicación; y Horacio Ferreira, en Educación. Al igual que Salud y Seguridad, Educación es considerado por Llaryora el tridente de las grandes reformas. Marcelo Rodio iría a la Agencia Córdoba Deportes, otro cargo preciado porque el estadio Kempes entrará en refacciones por dos años, con un presupuesto millonario.

Continuan varios ministros: Jorge Córdoba mantendrá a su cargo la Fiscalía de Estado, Fabián López seguirá como ministro de Servicios Públicos; Omar Sereno hará lo propio en Trabajo; mientras que Sergio Busso se mantendrá al frente de Agricultura. En el caso de Julián López, deja Gobierno para regresar a Justicia, donde hay una crisis carcelaria a la vista por la falta de plazas en el sistema penitenciario. .

Entre los aliados estratégicos de Llaryora, Manuel Calvo, actual vicegobernador, ocupará la cartera de Gobierno; mientras que Victoria Flores, hija de Olga Riutort, estará a cargo de Desarrollo Sustentable, para potenciar la economía circular. En Turismo desembarcará el actual legislador del PRO Darío Capitani.

Restan definir quiénes comandarán las agencias de Agro, Ciencia, Conectividad, Inversión y Juventud, y la estratégica Caja de Jubilaciones, talón de Aquiles de las finanzas provinciales y con necesidad de negociación permanente con la Anses que comandará Carolina Píparo.