El jefe de bloque de La Libertad Avanza (LLA), Oscar Zago, pidió a las 0:39 que la Cámara de Diputados pasara a un cuarto intermedio hasta las 10 de este viernes, luego de una deliberación entre los jefes de bloques aliados y el oficialismo. Así, Javier Milei anotó el segundo día de sesión por el tratamiento de la ley ómnibus sin obtener la media sanción, a pesar de que los libertarios y los opositores amigables contabilizan alrededor de 150 voluntades para la votación en general.

Una fuente de la bancada Hacemo Coalición Federal (HCF), presidida por Miguel Pichetto, le dijo a LPO minutos antes que se aprobara el cuarto intermedio que la conversación entre la Casa Rosada y los diputados aliados se había encauzado en la tarde del jueves, con el envío de un borrador desde el Poder Ejecutivo que contemplaba buena parte de las demandas del radicalismo y los pichettistas. "Ya está todo cocinado", decía.

Sin embargo, el trámite no parece tan sencillo. "Fui a comprar comida para la diputada y para mí porque creíamos que se iba a votar en general a las 2 de la mañana pero me mandó un mensaje recién para decirme que estaba bajando al recinto para votar un cuarto intermedio", comentó el vocero de un despacho libertario para manifestarle a este medio su desconcierto.

El tropiezo reprodujo en el oficialismo lecturas e interpretaciones como las del miércoles, cuando se especulaba incluso con que Milei se acercara al Congreso. El gobierno creyó que podría celebrar y quedarse con la foto del Presidente en las gradas del recinto pero los planes se aguaron.

Este jueves el resultado fue idéntico pero la escena pintaba distinta: los enviados del primer mandatario fueron su propia hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el ministro del Interior, Guillermo Francos. También se lo vio al vocero Manuel Adorni pero nadie le atribuye espalda suficiente para ser garante de una conversación política con opositores.

Además, habían estado el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el viceministro del Interior, Lisandro Catalán, en la oficina de Menem, para dialogar con referentes de las bancadas colaborativas. Finalmente, el despliegue no alcanzó.

La principal hipótesis que circulaba esta madrugada por los pasillos de la Cámara Baja era que el oficialismo no logra quebrar la resistencia de los aliados en los artículos de las facultades delegadas y el capítulo de privatizaciones. Aun cuando un sector del radicalismo y el pichettismo se ilusionaron con la proximidad de una victoria también para la votación artículo por artículo, entre los seguidores de Facundo Manes advertían entrada la noche del jueves que si el neurólogo se planta podría arrastrar al rechazo a la mitad de la bancada de la UCR. "No todos van a querer quedar pegados a esto", resumían.

Algo parecido ocurría con la Coalición Cívica respecto de las facultades delegadas. "Nosotros nunca votamos facultades delegadas y Elisa Carrió se rebeló incluso contra el núcleo de coincidencias básicas de (Carlos) Menem y (Raúl) Alfonsín", se jactaba por la tarde un lilito en el Salón de los Pasos Perdidos.

Por lo demás, al pichettismo también le preocupa el clima que se vive en la calle. No son pocos los legisladores que advierten que el ambiente se está caldeando y que la represión ordenada por Patricia Bullrich podría tener un desenlace fatídico. Frente a esa variable, un sector se inclina por acelerar el tratamiento para cerrar el capítulo de la ley ómnibus en la Cámara de Diputados y otros estimaban que tal vez era mejor disponer un cuarto intermedio hasta el martes.

Como sea, el cuarto intermedio revelaría que el gobierno tiene dificultades para reunir los 129 votos necesarios en la aprobación de los artículos más importantes: los de facultades, privatizaciones y endeudamiento sin pasar por el parlamento. "Le vamos a dejar una ley sin objeto jurídico, una ley vacía", soltó un opositor que vota por la afirmativa en general.