Kicillof quiere evitar protestas por el frío en las aulas y adelanta 3.000 millones para obras
Axel Kicillof no quiere saber nada con las protestas que el año pasado encabezaron los estudiantes en varias escuelas a causa de la falta de calefacción en las aulas. Por eso, adelantó una partida de 3.000 millones a los Consejos Escolares que se suma a los 4.000 millones que había girado en noviembre.
El ministro de Educación bonaerense, Alberto Sileoni, brindó detalles sobre la inversión en obras de infraestructura y adelantó que para recibir nuevos fondos, los municipios deberán cumplir con la rendición de transferencias anteriores.
Sileoni puso de relieve la complejidad de sistema educativo de la provincia al que consideró como el más grande de América junto con el de San Pablo. Además, dijo que el gobierno estará satisfecho "cuando ni una sola escuela tenga un solo día suspendido por frío".
La provincia cuenta con 10.600 establecimientos educativos en los que funcionan unas 16.000 escuelas. Esa cifra da cuenta de una importante sobreutilización de los edificios.
Según detalló Sileoni, en 2020 había 1967 edificios con problemas de gas (el 18% del total de establecimientos). A partir de los trabajos realizados, en la actualidad son 130 los edificios con problemas de gas. Esto significa el 1,2% del total de los edificios. Un porcentaje que el Enargas considera como aceptable.
Durante el invierno pasado, varias escuelas acusaron problemas de calefacción. El frío en las aulas generó protestas impulsadas por los propios estudiantes e incluso algunos establecimientos educativos tuvieron que suspender el dictado de clases.
En varias escuelas se popularizaron los "frazadazos": protestas frente a las escuelas con los estudiantes cubiertos con frazadas. Fueron meses complejos para un gobierno que considera que la juventud como parte de su espacio político.
Protestas de estudiantes por falta de calefacción en las aulas.
La crisis generó la renuncia de la directora provincial de Consejos Escolares de la provincia, Marianela Páez, quien había sido designada por la entonces ministra de Educación, Agustina Vila.
A pesar de la crisis, el gobierno cuenta con el respaldo de los gremios Suteba y la FEB que justificaron el frío en las aulas explicando que "el invierno se había adelantado un poquito".
Sin embargo, el gobierno volvió a tener problema con la climatización de las aulas en marzo, cuando la falta de ventiladores obligó a cerrar algunas escuelas y a suspender el dictado de clases.
En ese momento, fueron los propios gremios quienes pidieron al gobierno la suspensión de las clases por la ola de calor. La propuesta generó críticas por parte de la oposición por la imposibilidad de cumplir con el calendario escolar, algo recurrente en los últimos años.