Narcotráfico

Narcos desafiaron el desembarco de Gendarmería en Rosario con otra balacera donde mataron al chico

Dispararon contra un negocio a solo tres cuadras de donde mataron a Máximo.

A las pocas horas del arribo del refuerzo de Gendarmería al barrio Los Pumitas de Rosario, donde el fin de semana sicarios asesinaron de una ráfaga de ametralladora a Máximo Jerez de 11 años, los narcos desafiaron al Estado con un ataque a balazos a un negocio a tan solo tres cuadras del lugar donde cayó el nene.

El ataque no es casual y forma parte de las represalias de los narcos tras la pueblada de los vecinos que derribaron cuatro bunkers vinculados a la banda de "Los Salteños",

Alrededor de las cinco y veinte de la tarde de este jueves, sicarios en moto dispararon cinco tiros contra el galpón de una familia que vende gas envasado y no se produjo otra tragedia de milagro. "Un solo balazo que toque una de las garrafas y hace un desastre", contó desconcertado el dueño del lugar al móvil de Canal 3.

 [Pueblada en Rosario: Vecinos derriban bunkers narcos tras el asesinato sicario de un nene de 11 años]

Sin motivos evidentes, los soldaditos gatillaron al lugar que con un poco de puntería podrían haber hecho volar en mil pedazos media manzana en el mismo barrio que ya por entonces contaba con una fuerte presencia de gendarmes enviados por Aníbal Fernández, luego que el ataque al supermercado de la familia política de Messi, obligara al gobierno nacional a reaccionar.

Un solo balazo que toque una de las garrafas y hace un desastre. Yo creo que lo hicieron como una provocación, a ciento cincuenta metros donde están todos los gendarmes.

"Yo creo que lo hicieron como una provocación, a ciento cincuenta metros donde están todos los gendarmes, parecería eso", dijo el dueño del negocio atacado quien descartó que se trate de una cuenta pendiente contra él. Más sugestivo aún que el hecho se produjo mientras el ministro Aníbal Fernández respondía preguntas en el Congreso sobre los operativos antinarcos en Rosario.

Este miércoles, por orden del presidente, Aníbal tuvo que reforzar el número de efectivos en la ciudad más violenta del país luego de haber dicho que el narcotráfico había ganado. Al día siguientes, en una provocación al Estado, los sicarios recibieron a las fuerzas federales con un nuevo ataque anticipando lo complejo del tema.