Crisis energética

El petróleo de Bolsonaro le permite a Sánchez cerrar el grifo ruso

España echa mano del crudo de Brasil para compensar el veto a Putin. Las importaciones del país sudamericano crecieron un 90% en septiembre. Irak y Venezuela, otro socios incómodos.

La relación biliteral entre Pedro Sánchez y Jair Bolsonaro, el todavía presidente de Brasil (le entregará el mando a Lula Da Silva el 1º de enero), fue siempre tensa y muy crispada. Sin embargo, ambos mandatarios construyeron en los últimos meses una silenciosa alianza comercial: la compra-venta de crudo, un componente energético clave de la geopolítica mundial tras la invasión de Rusia a Ucrania.

España ha aumentado de forma exponencial la compra de petróleo a Brasil, convirtiendo a este país sudamericano en uno de sus principales importadores. En septiembre, según la Corporación de Reservas de Productos Petrolíferos (Cores), el gigante sudamericano exportó a la península un 90% más de crudo que un año antes.

Fueron 512.000 toneladas, el 10,5 % del total de importaciones. Irak, con 557.000 toneladas, el 11,4% del total, fue el principal país suministrador de crudo a España, seguido de Arabia Saudí, con 541.000 toneladas (el 11,1% del total). 

Las planillas de Cores, entidad que contribuye a garantizar la seguridad del suministro de hidrocarburos en España, revelan la alianza petrolera entre España y Brasil se consolida mes a mes.

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En julio, por citar otra referencia, el volumen de crudo importado fue aún más grande: más de un millón de toneladas. En ese mes, Brasil se situó como el principal suministrador de crudo de España, aportando el 17,5% del total, con un crecimiento interanual del 701%.

En términos políticos, Brasil no es el único socio "incómodo" de España en el obligado movimientos de piezas como consecuencia del reciente tope de precios al petróleo ruso y la necesidad de buscar suministradores para evitar la dependencia energética. Irak y Venezuela se suman a esta lista

En lo que va del 2022 (enero-septiembre), Brasil aportó el 9% de todas las importaciones, solo superado por Nigeria (13.9%) y Estados Unidos (11,5%). España recibió más de cuatro millones de toneladas de crudo brasileño, 152% más que en el mismo período de 2011.

En 2019, antes de la pandemia y de la guerra, Brasil exportó un poco más de 2 millones de toneladas, dato que confirma la magnitud de las ventas en este año.   

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En términos políticos, Brasil no es el único socio "incómodo" de España en el obligado movimientos de piezas como consecuencia del reciente tope de precios al petróleo ruso y la necesidad de buscar suministradores para evitar la dependencia energética.

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Más aún si se tiene en cuenta el incremento de las importaciones (17,9% anual) por la recuperación de la actividad económica tras la pandemia y por la necesidad de llenado de los almacenamientos para hacer frente a un invierno sin gas natural ruso.

En septiembre, Irak se convirtió en el principal proveedor de petróleo tras dos décadas. Hay que remontarse a 2002, antes de estallar el conflicto bélico, para encontrar una cantidad exportador similar. 

LPO adelantó en su día que, tras un encuentro en Nueva York entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el canciller de Venezuela, Carlos Faría, Moncloa terminó de formalizar su acercamiento al chavismo y empezó a blanquear los acuerdos comerciales entre Repsol y PDVSA

Hasta el noveno mes del año, el mix energético está dominado por Nigeria, Estados Unidos, Brasil y México (8,5%). Por detrás se sitúan Arabia Saudí e Irak, ambas con un 8,1%. Es radiografía muestra que los países de Oriente Medio y América Central están sustituyendo las importaciones de Rusia. 

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Otro país que España tiene en el radar ante la necesidad de abastecerse de petróleo es Venezuela, un enemigo público de las últimas dos administraciones (Rajoy y Sánchez). 

LPO adelantó que, tras un encuentro a finales de septiembre en Nueva York entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el canciller de Venezuela, Carlos Faría, Moncloa terminó de formalizar su acercamiento al chavismo y empezó a blanquear los acuerdos comerciales entre Repsol y PDVSA.

En agosto y septiembre, no importó crudo de Venezuela. Sí en julio con una compra grande de 407.000 toneladas, el 7,1% del suministro total a España en aquella planilla, un equivalente a 270 millones de euros.

En junio, Repsol, la estadounidense Chevron y la italiana Eni "recibieron los permisos para iniciar los procesos que los lleven a producir petróleo y gas en Venezuela para exportar a sus mercados naturales", según explicó el propio Maduro en un anuncio oficial.