La relación biliteral entre Pedro Sánchez y Jair Bolsonaro, el todavÃa presidente de Brasil (le entregará el mando a Lula Da Silva el 1º de enero), fue siempre tensa y muy crispada. Sin embargo, ambos mandatarios construyeron en los últimos meses una silenciosa alianza comercial: la compra-venta de crudo, un componente energético clave de la geopolÃtica mundial tras la invasión de Rusia a Ucrania.
España ha aumentado de forma exponencial la compra de petróleo a Brasil, convirtiendo a este paÃs sudamericano en uno de sus principales importadores. En septiembre, según la Corporación de Reservas de Productos PetrolÃferos (Cores), el gigante sudamericano exportó a la penÃnsula un 90% más de crudo que un año antes.
Fueron 512.000 toneladas, el 10,5 % del total de importaciones. Irak, con 557.000 toneladas, el 11,4% del total, fue el principal paÃs suministrador de crudo a España, seguido de Arabia SaudÃ, con 541.000 toneladas (el 11,1% del total).
Las planillas de Cores, entidad que contribuye a garantizar la seguridad del suministro de hidrocarburos en España, revelan la alianza petrolera entre España y Brasil se consolida mes a mes.
En julio, por citar otra referencia, el volumen de crudo importado fue aún más grande: más de un millón de toneladas. En ese mes, Brasil se situó como el principal suministrador de crudo de España, aportando el 17,5% del total, con un crecimiento interanual del 701%.
En lo que va del 2022 (enero-septiembre), Brasil aportó el 9% de todas las importaciones, solo superado por Nigeria (13.9%) y Estados Unidos (11,5%). España recibió más de cuatro millones de toneladas de crudo brasileño, 152% más que en el mismo perÃodo de 2011.
En 2019, antes de la pandemia y de la guerra, Brasil exportó un poco más de 2 millones de toneladas, dato que confirma la magnitud de las ventas en este año.
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En términos polÃticos, Brasil no es el único socio "incómodo" de España en el obligado movimientos de piezas como consecuencia del reciente tope de precios al petróleo ruso y la necesidad de buscar suministradores para evitar la dependencia energética.
Más aún si se tiene en cuenta el incremento de las importaciones (17,9% anual) por la recuperación de la actividad económica tras la pandemia y por la necesidad de llenado de los almacenamientos para hacer frente a un invierno sin gas natural ruso.
En septiembre, Irak se convirtió en el principal proveedor de petróleo tras dos décadas. Hay que remontarse a 2002, antes de estallar el conflicto bélico, para encontrar una cantidad exportador similar.
Hasta el noveno mes del año, el mix energético está dominado por Nigeria, Estados Unidos, Brasil y México (8,5%). Por detrás se sitúan Arabia Saudà e Irak, ambas con un 8,1%. Es radiografÃa muestra que los paÃses de Oriente Medio y América Central están sustituyendo las importaciones de Rusia.
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Otro paÃs que España tiene en el radar ante la necesidad de abastecerse de petróleo es Venezuela, un enemigo público de las últimas dos administraciones (Rajoy y Sánchez).
LPO adelantó que, tras un encuentro a finales de septiembre en Nueva York entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el canciller de Venezuela, Carlos FarÃa, Moncloa terminó de formalizar su acercamiento al chavismo y empezó a blanquear los acuerdos comerciales entre Repsol y PDVSA.
En agosto y septiembre, no importó crudo de Venezuela. Sà en julio con una compra grande de 407.000 toneladas, el 7,1% del suministro total a España en aquella planilla, un equivalente a 270 millones de euros.
En junio, Repsol, la estadounidense Chevron y la italiana Eni "recibieron los permisos para iniciar los procesos que los lleven a producir petróleo y gas en Venezuela para exportar a sus mercados naturales", según explicó el propio Maduro en un anuncio oficial.
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