Cavallero

Murió Héctor "Tigre" Cavallero, el hombre que hizo popular al socialismo

Fue el primer intendente socialista, amplió las bases barriales del partido y junto a Estévez Boero sentaron los cimientos de la fuerza que gobernó Rosario durante tres décadas.

Este año, el Partido Socialista despidió a dos de sus figuras más emblemáticas, Hermes Binner y Héctor Cavallero, el primer intendente del partido quien terminó alejándose, formando su propio espacio y referenciándose en el peronismo.

Si Binner tuvo la astucia para que el socialismo se mantenga en el poder, Cavallero abrió camino y junto a Guillermo Estévez Boero escribieron los primeros capítulos. El Tigre le dio barrio y una impronta popular que a la izquierda siempre le costó interpretar.

Mientras Estévez Boero construía el movimiento universitario y organizaba peñas en las Facultades, donde se vendía vino y empanadas para reclutar a los estudiantes que llegaban de localidades vecinas con poca plata en los bolsillos, el Tigre daba la pelea en el territorio. El tándem funcionaba a la perfección.

Pero disputarle el electorado barrial al peronismo no era tarea sencilla en las décadas de los 80 y 90 cuando las instituciones intermedias (vecinales y clubes) se identificaban con el movimiento justicialista.

Sin embargo, Cavallero se las ingenió para hacer crecer en estos sectores al Partido Socialista Popular, como se llamaba por aquellos años, organizando torneos de fútbol en parques y plazas cuando la inseguridad en Rosario no era un problema y se podía jugar a la pelota en la calle. El Tigre era el encargado de dar el puntapié inicial de cada partido.

Héctor Cavallero junto a Agustín Rossi 

De esos encuentros se fueron alimentando las Casas Socialistas que había en cada seccional de la ciudad y que abrían todos los sábados a primera hora de la mañana para hacer pastelitos dulces y salían a vender casa por casa. De esa actividad consiguieron los fondos para sostener los locales y el apodo de "mormones".

En 1987, siendo concejal, Cavallero denunció a varios de sus pares por haber recibido sobornos de parte de la empresa Fibraca que se encargaba del mantenimiento de los espacios públicos. A raíz de este hecho, los dueños de la firma y varios concejales terminaron presos. En la misma época, descubrió el pago de coimas del Circo de Vostok para montar su carpa en terrenos municipales.

Las denuncias le permitieron ganar las elecciones municipales de 1989 y suceder al radical Horacio Usandizaga, quien renunció a la intendencia de forma anticipada porque no aceptó que Menem gane las presidenciales. El capricho del Vasco posibilitó el ascenso del socialismo que se quedó 30 años en el poder.

Al frente del Palacio de los Leones, Cavallero recibió la deferencia del presidente riojano quien le garantizaba transferencias millonarias con las que se hicieron más de 6 mil cuadras de pavimento, la extensión de la red de gas, cloacas, polideportivos, centros de salud y el Plan Integral de Desagües Pluviales, que evitó las grandes inundaciones. Además de dar inicio al proyecto del puente Rosario-Victoria y la avenida de Circunvalación.

La buena relación con Menem incomodaba a los jóvenes socialistas de paladar negro que se formaron en la Universidad y se reunían en el local de San Martín y 9 de Julio que empezaron a tomar distancia de Cavallero y apostar al crecimiento de un médico que estaba al frente de la Secretaría de Salud, Hermes Binner.

Tras el quiebre con el socialismo, el Tigre formó el Partido del Progreso Social, un espacio filo peronista que en las elecciones de 1995, cuando el PJ ganaba las elecciones favorecido por la Ley de Lemas, Cavallero fue candidato a gobernador completando la fórmula con Omar Perotti, actual mandatario de Santa Fe.

Este viernes 2 de octubre, el mismo día que cumplía 81 años, se murió Héctor "Tigre" Cavallero.