Justicia

Renunció el "pollo" de Lorenzetti al juzgado federal de Rafaela para esquivar el recorte jubilatorio

Miguel Abásolo estaba al frente del juzgado de Rafaela que el ex titular de la Corte Suprema inauguró en 2014.

Con altas probabilidades de que el próximo jueves el Senado apruebe por unanimidad la reforma del régimen jubilatorio que reduce los ingresos de jueces y diplomáticos, el éxodo de magistrados en edad de retiro se aceleró.

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Uno de los que presentó la renuncia fue el juez federal de Rafaela, Miguel Abásolo, conocido en esa ciudad como "el pollo de Lorenzetti", por el estrecho vínculo que lo liga al ex presidente de la Corte Suprema de Justicia.

Ricardo Lorenzetti fue el impulsor para la creación de un juzgado federal y una fiscalía en su ciudad natal lo cual se terminó de concretar en 2014. El nuevo fuero debía atender delitos complejos como el narcotráfico, la trata de personas o el lavado de dinero en la región de "La Perla del Oeste", como se la denomina a Rafaela.

Para cubrir el nuevo tribunal, Lorenzetti apalancó a Miguel Abásolo, hombre de confianza en la justicia santafesina. Tal es así que en Rafaela es conocido como "el pollo de Lorenzetti".

Previamente, Abásolo hizo carrera como secretario del ex juez federal Víctor Brusa, condenado en 2005 por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.

Junto a los nombramientos para cubrir los cargos del nuevo juzgado, Lorenzetti también aprovechó para ubicar como empleada administrativa a Mara Beatriz Perren, su esposa desde 2016.

Lo curioso es que más allá de los esfuerzos del juez Supremo para ubicar a Abásolo en el único juzgado federal de Rafaela, el magistrado no quiso verse perjudicado por el nuevo régimen jubilatorio que se cocina en el Congreso y prefirió sumarse a la estampida de colegas y diplomáticos.

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En Santa Fe, por ahora son dos los magistrados que renunciaron. Francisco Miño, de la ciudad capital siguió los pasos de Abásolo y presentó su dimisión al cargo que ocupó durante años.