Indec

La economía acumuló una caída del 2,6% en el primer semestre

Luego del repunte de mayo, el nivel de actividad retomó un sendero bajista que se profundizaría a partir de la devaluación.

Tras el repunte de mayo que ilusionaba al gobierno con el fin de la recesión, el nivel de actividad económica retomó nuevamente el sendero bajista y acumuló una caída del 2,6% en el primer semestre del año. En tanto, en el segundo trimestre se contrajo un 0,34% de forma desestacionalizada contra los primeros tres meses del 2019.

Según los datos del Indec, en junio la economía marcó una merma del 0,4% en términos desestacionalizados contra el mes anterior y se mantuvo estancada respecto al mismo período del 2018, aún con el efecto estadístico que jugaba a su favor ya que en ese entonces se había contraído un 6,5%, lo que facilitaba la posibilidad de un rebote.

Esto contradice el argumento oficial de que la actividad estaba evolucionando favorablemente hasta que llegó la devaluación por el cimbronazo electoral, dado que el período que acaba de publicar el Indec transitaba el pico del atraso cambiario.

En consecuencia, es esperable que se profundicen las tendencias recesivas no sólo en lo que queda del año, sino también a lo largo del 2020, proyección que fue compartida por Alberto Fernández en su exposición en el seminario Clarín.

En la primera mitad del año cayeron 9,4% la industria y la construcción 

En cuanto al desagregado del mes de junio, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró una contracción en 10 de los 16 rubros relevados. Entre ellos, se destacó la Intermediación Financiera (-15,1%), la Electricidad, agua y gas (-10,6%), el Comercio (-8,6%), la Construcción (-7,9%), la Industria Manufacturera (-6,1%) y la Pesca (-5,6%).

El fenómeno fue anticipado por los reportes sectoriales publicados a inicios de agosto, donde ya se observaba un fuerte golpe en equipos de transporte, vehículos y productos textiles para el caso de la industria, y de cerámica, pintura, yeso, hormigón y asfalto para la construcción.

Por el contrario, el único rubro con un dinamismo relevante fue la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que tuvo un impresionante crecimiento del 43,7% al compararse con la peor época de la sequía que se sufrió el año previo.

Los cinco sectores restantes marcaron un leve alza que llegó al 1,7% en transporte y comunicaciones, al 1,6% en hoteles y restaurantes, al 0,9% en minas y canteras, al 0,8% en enseñanza y al 0,2% en administración pública y defensa.