Rosatti saca su web y rompe el cerco digital de Lorenzetti

Es el primer efecto de la caída de Lorenzetti, que monopolizaba la difusión de la Corte. Dudas sobre el futuro de su vocera.

Las consecuencias del fin de la era de Ricardo Lorenzetti al frente de la Corte Suprema empiezan a verse en el día a día del máximo tribunal. Apenas 48 horas después de su caída, el juez Horacio Rosatti lanzó su propia web y rompió el cerco digital que construyó durante más de una década el rafaelino.

Se trata de un abierto desafío de Rosatti a Lorenzetti, que monopoliza la difusión digital de la Corte a través del Centro de Información Judicial que maneja su vocera María Bourdin, casi como un sitio web personal. Incluso, durante mucho tiempo la cuenta de Twitter del CIJ estaba dedicada casi por completo a retuitear a Bourdin.

Aunque desde el entorno de Rosatti indicaron que la web no será "una página de noticias" (tarea que corresponde al CIJ) sino "una herramienta de difusión para la comunidad científica y académica del pensamiento del juez", se trata de un desafío a Lorenzetti porque éste no permitía que los jueces tengan su página personal para beneficiar al CIJ.

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Este primer efecto de la caída de Lorenzetti golpea de lleno a Bourdin, que siempre fue resistida en Comodoro Py por los jueces federales, que le retaceaban los fallos y en muchos casos sólo se los pasaban bajo presión o luego de encargarse de filtrarlos a los periodistas. 

El futuro de Bourdin (que tiene categoría y sueldo de camarista, algo también muy cuestionado en la justicia) es una incógnita y en el Palacio de Tribunales se preguntan si no debería abandonar su cargo una vez que asuma Carlos Rosenkratz, un juez de perfil mucho más bajo que su antecesor que siempre . 

Por el perfil del nuevo titular, se espera que la comunicación de la Corte sea más institucional y menos personalista como la implementada por Lorenzetti y Bourdin, que además habían emprendido avances contra periodistas que publicaban informaciones "molestas". Del mismo modo, meses atrás la directora de comunicación de la Corte había amenazado en una carta a Elisa Carrió, la enemiga pública número uno de su jefe.

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