Gobierno

Guerra en el gabinete: Quintana y Torello desestabilizan a Abad

El jefe de la AFIP enfrenta una dura presión por Indalo y OCA. Filtran a Curuchet como posible reemplazo.

El titular de la AFIP, Alberto Abad, se enfrenta a una feroz presión interna, que se traduce en intensos rumores sobre su posible salida del Gobierno. La pelea en el Gabinete tiene del otro lado a Mario Quintana y José Torello, que pujan por los casos del correo OCA y el Grupo Indalo, respectivamente.

Los rumores sobre la posible renuncia de Abad arrecieron durante toda la semana, aunque el recaudador mantendría el respaldo de Mauricio Macri. Junto con esas versiones -que se les atribuyen a los enemigos de Abad en el gabinete- también trascendió el nombre del titular del Banco Provincia, Juan Curutchet, como su posible reemplazante.

La decisión de Quintana de impulsar a Curuchet no es casual: El estudio Curuchet-Odriozola del actual presidente del Banco Provincia, supo trabajar para el fondo Pegasus del actual vicejefe de Gabinete. 

No obstante, desde el Gobierno bonaerense dijeron a LPO que no saben nada acerca de esa posibilidad y aseguraron que nadie habló ni con María Eugenia Vidal ni con el propio Curutchet. El trascendido no cayó nada bien en la Provincia.

La pasión de Quintana por convertirse en "político" ya está generando roces importantes en la cúpula del PRO. En el gobierno de Vidal no cae nada bien que baje directamente fondos a los intendentes, puenteando al gobierno provincial.

Según detalló este viernes el periodista Marcelo Bonelli en Clarín, Macri tuvo que volver a respaldar a Abad para frenar la presión de Quintana. El vicejefe de Gabinete pretende que la AFIP "colabore" para destrabar la negociación que él mismo encabezó por OCA, a quien pretende que el ente recaudador le otorgue un plan especial de pagos para que salde su millonaria deuda. Abad se niega desde hace meses.

Como explicó LPO, Quintana está obsesionado con OCA, una empresa que quiso controlar cuando todavía se dedicaba a la actividad privada, pero no pudo por las trabas que le impuso Hugo Moyano, que desde hace años tiene el control real de la compañía. Ahora, el vicejefe espera un fallo judicial que lo habilite a intervenir la empresa, corriendo al camionero y al dueño en los papeles de la firma, Patricio Farcuh.

Esta situación se mezcla con un creciente fastidio con Quintana dentro del Gabinete. Uno de los que está fastidiado es Marcos Peña, receloso porque el vicejefe levanta el perfil sin consultarlo, aunque por ahora lo deja avanzar. La bronca se extiende a otros ámbitos políticos porque Quintana reparte fondos a intendentes del Conurbano, salteando a Vidal y Rogelio Frigerio.

A Quintana también le están empezando a facturar cada vez más el error de la Reparación Histórica y la extensión de la AUH a un millón de beneficiarios, que hizo aumentar un punto el déficit fiscal. Un gesto que no pasó desapercibido hace tiempo atrás fue la decisión de Macri de correrlo de la supervisión del Ministerio de Producción, que traspasó a Gustavo Lopetegui, porque bajo el mando de Quintana "no arrancaba". Una acusación acaso un poco injusta porque soslaya la responsabilidad del deslucido ministro Francisco Cabrera.

El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, en una de sus visitas al Conurbano.

La pelea de Quintana con Abad alcanzó una intensidad peligrosa luego que la AFIP avanzó en una investigación por evasión de cientos de millones de pesos contra el actual director de la Aduana, Diego Dávila, un hombre del vicejefe de Gabinete.

Por otro lado, Abad también se enfrenta a la presión de Torello, uno de los hombres de mayor confianza de Macri. El jefe de asesores de la Presidencia quiere destrabar la operación de venta del Grupo Indalo al grupo financiero OP Investments, que conduce Ignacio Rosner, a quien conoce del colegio Newman y con quien se reunió antes de que avanzara con la sugestiva compra.

Pero la AFIP sigue trabando la venta de las empresas de Cristóbal López. Es que Abad pretende cobrar una deuda de 10 mil millones de pesos de Indalo y sospecha que la operación de venta del Grupo es en rigor un salvataje a Cristóbal o una autocompra para eludir las consecuencias fiscales.

Esta operación también tiene una dura oposición por parte del Grupo Clarín, que salió a jugar fuerte cuando se conoció que Indalo estaba a punto de ser adquirido por Orly Terranova, un empresario muy cercano a Nicky Caputo, una operación que se bajó desde la Rosada. Abad es desde hace años el funcionario más cercano a Clarín, que hoy alertó en la tapa del diario sobre las presiones en su contra.