Caso Maldonado

Exclusivo: El mediador de Garavano para acercarse a la familia de Maldonado

Se trata de Mario Coriolano, un alto funcionario judicial de la provincia de Buenos Aires.

A pesar de la tensa relación entre el gobierno nacional y la familia de Santiago Maldonado, el ministro de Justicia, Germán Garavano, logró acercar algunas posiciones. La clave para ese puente es Mario Coriolano, un alto funcionario judicial de la provincia de Buenos Aires, ajeno al ámbito federal y -por supuesto- al poder judicial de Chubut.

Coriolano es titular de la Defensoría ante el Tribunal de Casación Penal bonaerense y fue integrante del Subcomité Internacional para la Prevención de la Tortura de Naciones Unidas. Desde su cargo, el más alto del Ministerio Público de la Defensa en la provincia de Buenos Aires, logra cierto protagonismo con el informe anual en el que se relevan casos de tortura en las atestadas cárceles bonaerenses y otros lugares de encierro.

Coriolano es un alto funcionario judicial de la provincia de Buenos Aires, ajeno al ámbito federal y -por supuesto- al poder judicial de Chubut.

Hace tiempo el funcionario cumple un claro rol político que sirve como puente entre la familia de Maldonado y la Casa Rosada. Es un operador que hasta hace pocos días desplegó su trabajo en las sombras pero que en las últimas horas, tras el hallazgo de un cuerpo en el río Chubut, salió a mostrar se en público. Durante la conferencia de prensa de ayer en Chubut, Coriolano fue parte de la mesa, tomó el micrófono y habló incluso antes que lo hiciera Sergio Maldonado, el hermano de Santiago.

"Me comuniqué con Garavano pidiéndole que de manera urgente se tomaran medidas para llevar especialistas al lugar donde encontraron el cuerpo. El ministro me dijo que en cinco minutos podía responder, cosa que así hizo", dijo Coriola​no en una intervención que apenas superó un minuto, pero donde dejó en claro la celeridad de Garavano para gestionar el traslado de especialistas y recursos​.

El ministro de Justicia fue el único funcionario del gobierno mencionado ayer -y de manera positiva- en la conferencia de prensa. Más tarde, los periodistas preguntaron a Sergio Maldonado por los contactos con el gobierno y se limitaría a decir que hubo intentos de contacto mediante mensajes a su esposa.

Garavano le devolvió la gentileza al mediador hoy, cuando después de muchos días de silencio, con la llegada del cuerpo a la morgue de la Corte, en Buenos Aires, habló por televisión del caso. Transmitiendo una mirada respetuosa a la familia, mencionó el rol de Coriolano.

Con este puente, Garavano logra un juego distinto al de Claudio Avruj, el secretario de Derechos Humanos, que sufrió intimidaciones en la entrada del lof, ubicado a 100 kilómetros de la ciudad de Esquel.

Y también un juego diferente al que él mismo tuvo hasta septiembre, cuando sufrió varios desplantes de la Casa Rosada en medio de negociaciones infructuosas para firmar un acuerdo con la ONU para que colaboraran en la investigación de la desaparición del joven.

El representante para América del Sur del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Amerigo Incalcaterra, llegó a viajar dos veces del exterior para firmar un acuerdo que no fue. Acuerdo en el que Coriolano había trabajado para Garavano, incluso ofreciendo su Defensoría en La Plata para una reunión con Sergio Maldonado.

Los cruces entre Garavano y Avruj fueron vox pópuli, incluso una escandalosa reunión en la Rosada que a Garavano se la corrieron 30 minutos antes, para que llegara tarde, cuando ya se había acordado dar marcha atrás con el acuerdo del convenio internacional, pensando en proteger a Patricia Bullrrich y amortiguar el impacto del caso con vistas a las elecciones.​ ​

El fracaso de esa firma internacional cortó el puente entre el Ministerio de Justicia y la familia de la víctima. Puente que ayer Coriolano parece haberle vuelto a levantar.​