Elecciones 2017

Tras la irrupción de Cristina, en el Gobierno empiezan a cuestionarse la salida de Lilita de provincia

Preocupa que Cristina y Massa concentren la pelea, con Cambiemos sin candidatos de peso.

La posibilidad cada vez más concreta de la candidatura de Cristina Kirchner, la confirmación en las encuestas de que la polarización no es tal y que se perfila una elección de tercios en la provincia de Buenos Aires, dispararon en el Gobierno algunos cuestionamientos por la decisión de que Elisa Carrió sea candidata en la Ciudad y que Cambiemos se quede sin una figura importante para confrontar con la ex presidenta y Sergio Massa.

A poco menos de veinte días para el cierre de listas, puertas adentro del oficialismo empieza a hacerse un análisis profundo sobre la decisión de complacer el pedido de María Eugenia Vidal para que Carrió no sea candidata en la provincia. Algunos creen que ese pudo haber sido un error importante que podría salirle caro al Gobierno.

En el Gobierno hay cierta preocupación por la salida de Carrió de la provincia, que deja a Cambiemos sin una figura fuerte para confrontar con Massa y Cristina, en un sistema donde los candidatos suelen ser más importantes que los partidos.

Esas voces entienden que Lilita era por lejos la candidata con más volumen político del oficialismo en la provincia y empiezan a desconfiar de las ideas de Durán Barba de apostar a la polarización y a la marca Cambiemos. Sobre este último punto, entra en discusión con quienes creen que en Argentina cada vez pesan más los candidatos y no tanto las fuerzas, y por lo tanto es un error apostar por dirigentes con poco conocimiento.

El duranbarbismo se sostiene en que efectivamente la marca Cambiemos tiene muy buena aceptación y una media que ronda el 35%, según explicó a LPO un consultor político. El problema es cómo se traslada esa aceptación, o la buena imagen de Vidal y Macri, al candidato elegido. "Tenés que tener un buen producto para vender, si tu candidato es muy malo no vas a zanjar la diferencia. Tenés que buscar en cada distrito el mejor, el que más acerca a esos números. El comodín Vidal puede inclinar la balanza, pero necesitás una estructura nacional y provincial dedicada a eso", completa.

Jaime Durán Barba

Pero el problema es que enfrente de los candidatos de Cambiemos habrá dos pesos pesados como Cristina y Massa, y la idea de una elección de baja intensidad, el escenario ideal para el Gobierno, quedó en el olvido. El reciente caso de La Rioja, donde la Rosada agitó las diferencias en el peronismo, y terminó tercero puede ser un antecedente inquietante.

Es por eso que a un sector del gobierno le preocupa no tener un candidato fuerte para contrarrestar a Massa y Cristina, y descartan que Esteban Bullrich, Gladys González y Facundo Manes tengan el músculo suficiente para hacer pie en ese ring. Por eso, como reveló LPO, un sector propone llevar a Graciela Ocaña como cabeza de lista para atacar a la ex presidenta con la corrupción.

El temor a quedar opacado y hasta atrapado en una polarización entre Cristina y Massa es el que genera este incipiente arrepentimiento en un sector del gobierno. Y es lo que también genera algunas dudas sobre el armado bonaerense, donde ya no se da por hecha la candidatura de Bullrich y empiezan a barajarse otros nombres, como el de Carolina Stanley.

Esas dudas se traducen en una campaña que no termina de arrancar en la provincia. El problema es que la campaña tampoco arranca en la Ciudad, donde Lilita no parece dispuesta a acomodarse a los tiempos y las ideas de campaña del macrismo. De hecho, según confiaron a LPO desde el gobierno porteño, la líder de la Coalición designó a un jefe de campaña pero no se junta con el equipo y no existe ningún plan serio para la campaña. Es decir que ademásde la cuestión estrictamente política, preocupa lo práctico y ya se preparan para una campaña totalmente imprevisible.

La preocupación -y hasta el enojo- con Carrió es que más allá de algunos dardos a Martín Lousteau no se la ha escuchado referirse a la Ciudad, y cada vez que habla sacude a algún funcionario de los gobiernos de Macri o Vidal, o al propio presidente a quien ninguneó en una reciente entrevista con Infobae. En el mejor de los casos, las críticas son para Cristina o Massa, justamente a quienes podría estar enfrentando directamente.