Ajuste

Macri imita a Temer y congela la contratación de empleados públicos

Las dependencias del Ejecutivo no podrán sumar más personal que el que tenían el año pasado.

Mauricio Macri imita a su socio político Michel Temer y decidió congelar el número de empleados públicos que tiene la administración nacional, en línea también con las ideas que expresaba antes de asumir el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

Según reveló La Nación, el Presidente le ordenó Marcos Peña que prohíba a los organismos que componen el Poder Ejecutivo sumar este año personal por encima de la cantidad que tenían hasta el último día de 2016. Los que pretendan superar este número deberán conseguir una autorización especial deljefe de Gabinete.

Los límites a la contratación de personal se aplicarán a la administración central (la Presidencia y los ministerios, entre las principales dependencias), y los organismos descentralizados, como la Anses y el PAMI. En total, suman unos 208.000 empleados. 

En cambio, quedaron excluidas las empresas del Estado, como Aerolíneas Argentinas; las Fuerzas Armadas, las universidades, el Congreso y la Justicia. De todos modos, desde el Gobierno indicaron que en el futuro buscarán avanzar sobre el resto de la administración pública nacional, donde suman otros 560.851 empleados.

El proceso de congelamiento de la planta estatal quedará en manos del ministro de Modernización, Andrés Ibarra, a quien sus pares deberán enviarle en no más de 30 días el detalle de los cargos ocupados por personal permanente y temporario hasta el 31 de diciembre pasado.

Macri y Temer

Por otro lado, Macri dispuso que los ministerios y dependencias del Ejecutivo no podrán contratar obras o comprar bienes sin la autorización de la Secretaría de la Transformación Productiva del Ministerio de Producción, a cargo de Francisco Cabrera.

El modelo Temer

Las nuevas reglas implementadas por Macri van en línea con el feroz ajuste que impulsa Michel Temer. Más drástico el presidente de Brasil directamente hizo aprobar una enmienda constitucional para congelar el gasto público por 20 años, sólo ajustable por la inflación.

Además, Temer intentó imponerle a los estados el congelamiento del gasto, la suspensión de los aumentos a los empleados públicos y otras medidas de ajuste, pero el Congreso se lo frenó (también impulsaba privatizaciones). Igualmente, como explicó LPO, los estados y municipios brasileños enfrentan procesos de ajustes feroces.

Por otro lado, el mandatario de Brasil también avanza en una reforma de la edad jubilatoria y también en una flexibilización laboral que abre la puerta a un aumento de la jornada laboral a 12 horas y la ampliación de los contratos temporales. 

Aquí, el Gobierno de Macri hizo un amague para reformar los convenios laborales y una rebaja de aportes pero terminó chocando con la CGT y ahora se conforma con acuerdos sectoriales, como con los petroleros, y el regreso del régimen de pasantías.

Además de las coincidencias con Temer, el nuevo régimen de Macri para los empleados públicos también está en sintonía con lo que planteaba Nicolás Dujovne antes de asumir. El economista proponía mantener el gasto pùblico congelado por cinco o diez años.

Ya asumido, Dujovne prometió poner la lupa sobre en qué está gastando el Estado, pero evitó hablar de recortes o ajustes. El ministro también descartó otras medidas radicales que proponía tiempo atrás como una reducción masiva de la planta de empleados públicos.