¿Qué opinión le merecen los resultados de las elecciones presidenciales?

La elección indica claramente la voluntad de la ciudadanía chilena por introducir un cambio sustancial en lo que hasta ahora se ha venido trabajando para poder satisfacer las demandas, las políticas, las económicas y las sociales. En cierto modo yo creo que estamos en presencia de un nuevo ciclo y este nuevo ciclo obliga en consecuencia a modificar los que hasta aquí han sido los principales parámetros.

¿Qué cambios concretos imagina necesarios?

En lo político porque hay que hacer reformas constitucionales; del punto de vista económico lo central va a ser como poder tener una mejor distribución del ingreso, porque en Chile hemos crecido, hemos derrotado la pobreza pero los niveles de desigualdad se han mantenido, la mejoría ha sido escasa y por lo tanto ahí tenemos un espacio que conquistar. Y en tercer lugar tenemos una gran demanda desde el punto de vista social, de acceso a la educación, a la salud, etc y esos van a ser temas también que van a tener que estar en el próximo período, pero entendamos, el próximo período son cuatro años, estos desafíos toman mucho más.

¿Quiere decir que si Bachellet gana el ballotage inicia un proceso que la execederá largamente?

Claro, hay que entender que el mandato que va a tener con seguridad Michelle Bachelet, por cuatro años, tienen que ser los primeros cuatro años de una forma de mirar el país para los próximos 15 o 20 años y en consecuencia hay que calibrar el tema de las demandas y las expectativas que hay ante una nueva administración. Toda elección presidencial es sobre futuro. Pero el futuro tiene que tener un horizonte de largo plazo y eso me parece fundamental y entender en consecuencia que los próximos cuatro, en los que la Presidenta va a ser Michelle Bachelet, es el inicio de un caminar que es más largo.

¿Hay mucha preocupación entre la dirigencia política por el bajo nivel de participación en las elecciones, usted comparte esta preocupación?

Sí, la comparto y eso tiene que ver con lo que decíamos antes, como usted es capaz de interpretar a las mayorías ciudadanas que están demandando mucho más y cuando sienten que no son escuchadas, tienden a dejar de participar.

Las nuevas demandas

Previo a la entrevista con LPO, el ex presidente Lagos se reunió con una delegación del Observatorio Electoral de la Universidad Nacional de La Plata donde desgranó algunos conceptos sobre la situación de Chile, la región y el mundo.

En ese sentido comparó la crisis financiera del capitalismo de 2007/08 con lo que fue en 1989 la caída del Muro de Berlín y consideró que los programas de los partidos del arco progresista en el mundo, no han sido capaces de adecuarse a esta nueva realidad.

En la misma línea abordó el tema de las nuevas demandas de las clases medias urbanas, paradójicamente ascendidas socialmente en gran parte durante las gestiones de los gobiernos progresistas de la región. “Bajar la pobreza del 40% al 11% como hicimos en Chile no fue fácil, pero es más fácil que atender los reclamos de los sectores medios”, dijo Lagos.

“Hay que crecer económicamente, pero no alcanza con ese crecimiento, en Chile el 80% de las familias chilenas está debajo del ingreso promedio per cápita y superar los u$s 20.000 que es la barrera de los países desarrollados (hoy está entre u$s 18.000 y u$s 19.000 según los cálculos) no nos garantiza mejor distribución del ingreso. Nueva Zelanda los pasó y la tiene pero EE.UU también la paso y no la tiene”, agregó quien fuera Presidente de Chile durante el período 2000-06.

“En los próximos cinco años Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile superarán la barrera de los u$s 20.000 pero llegando con la actual distribución del ingreso que hay en América Latina, estamos muy mal”, advirtió.

Y explicó que “con los índices de mortalidad infantil pasa algo similar, tenemos 8 x 1000 de promedio pero hay lugares donde es 2 x 1000 y otros donde es 43 x mil, allí no es problema de que falta un centro de salud sino de las condiciones sociales generales que en que viven”.

La cuestión política

Lagos también analizó la cuestión política de Chile y explicó que de replicarse el triunfo de Bachelet en la segunda vuelta, la coalición centroizquierdista tendría quórum propio y mayoría simple que le permitiría aprobar reformas impositivas pero no educativas y constitucionales que requieren mayorías calificadas. El sistema de elección de legisladores chileno es binominal y solo duplicando al segundo, el primero se queda con los dos que se eligen por distrito, sino es uno y uno.

“La derecha parlamentaria bloquea sistemáticamente las reformas en estos últimos veinte años y eso llevó a que el tema de los consensos esté muy desacreditado en Chile”, dijo Lagos. En esa línea consultado sobre si las crecientes protestas sociales podrían servir para presionar por esas reformas explicó que “el desafío pasa por mantener el movimiento social para impulsar los cambios, pero a la vez que no se desborde”.