Ginés González García
“No hay en América Latina una relación con la fortaleza de la que tienen Argentina y Chile"
El embajador argentino en Chile, Ginés González García, dialogó con LPO sobre el actual proceso político chileno. La inequidad que motoriza las protestas, los desafíos de Bachelet y la relación bilateral: "Como decía perón, cuando Chile y Argentina se juntan más que sumar, multiplican", afirma. 
Chile estrena un sistema de voto voluntario para las elecciones presidenciales con el riesgo que eso implica para la dirigencia política que no solo tiene que pedir el voto sino también que la gente concurra a votar. ¿Cómo ve este proceso?

En realidad el proceso de elecciones chileno nunca fue del todo obligatorio. Antes había que inscribirse y luego si uno se inscribía – lo cuál era voluntario – entonces sí era obligatorio concurrir a votar. Eso cambio ahora se hizo directamente opcional sin necesidad de inscribirse antes. Tiene la ventaja de que no hay que hacer ningún trámite previo tiene la desventaja de que no hay ninguna obligación. Hoy se van a saber los resultados definitivos (NdR finalmente la participación fue de cerca del 56%) pero los pronósticos previos hablan de una importante cantidad de gente, sobre todo jóvenes, que no irían a votar, cosa que ya sucedió en la última elección que fue municipal y eso preocupó mucho a la dirigencia política. Naturalmente un bajo número de votantes le quita legitimidad a la democracia con lo cual algunos están pensando que si eso sucediera habría que hacer una estructura de voto obligatorio como una obligación civil.

El tema de la no participación de los jóvenes abre otra pregunta, ¿Cómo ve usted este proceso de pedidos de cambio en el modelo chileno, tanto en lo económico como en lo político, social y hasta cultural que se está dando actualmente?


Siempre es bueno que los pibes estén disconformes y quieran cambiar, pero en algunos casos toma ribetes antidemocráticos como decir que no hay que ir a votar, que no hay ningún camino por democracia que garantice un cambio y eso creo que no es bueno para nadie. Chile es un país que tiene por un lado un gran éxito macroeconómico, sostenido durante muchos años incluido el actual período de gobierno que ha sido exitoso en los grandes indicadores: los índices de crecimiento, desempleo, inflación, son realmente muy buenos. Sin embargo, no ha sido tan exitoso en lo político, a juzgar con lo que está pasando con los candidatos del oficialismo. Creo que hay un cierto desencanto con el progreso, una idea de que si bien se ha avanzado, no se lo ha hecho en la medida suficiente. Se ha avanzado desparejo. Chile es probablemente el país más exitoso de América Latina en cuanto a crecimiento pero es también uno de los países más injustos de América Latina, en el sentido de que si bien todos han mejorado un poco, la concentración del ingreso del 20% más rico es prácticamente igual a la del 80% restante. Entonces esas diferencias generan una cierta conflictividad social que se expresa mucho en los movimientos estudiantiles que últimamente han virado desde la izquierda tradicional al anarquismo.
 “No hay en América Latina una relación con la fortaleza de la que tienen Argentina y Chile"

Bachelet intentó contener ese cambio en esta campaña...


Así es, Michelle Bachelet encarna muy acabadamente esa vocación de cambio y se expresa en las tres grandes líneas en su programa: Una reforma tributaria para dar más recursos al Estado para financiar educación y salud; la reforma de la Constitución, un viejo anhelo de salir de la trampa pinochetista vinculada al bipartidismo que hace que siempre haya un equilibrio en las cámaras que a veces impide que el Gobierno pueda llevar adelante las políticas que el pueblo votó y en tercer lugar la reforma educativa donde la discusión ahora es si toda la educación debería ser gratuita o si la educación terciaria o de posgrado, sobre todo para los sectores más ricos, también debería ser gratuita. Esta es la discusión que hay que implica cambiar un esquema bastante rigidizado durante muchos años y que ha tenido aspectos exitosos. Son procesos muy interesantes del cual todos debemos aprender, Chile mira mucho a la Argentina como lo ha hecho siempre y nosotros también debemos mirar las cosas buenas que tiene Chile.

¿Y porque cree que la sociedad chilena reclama ahora estos cambios después de tolerar durante años el esquema heredado de Pinochet?


Los procesos sociales no se sabe nunca bien porque maduran cuando maduran. En el tiempo que llevo acá hay dos procesos que me han sorprendido mucho, primero que en Chile había una dialéctica mando – obediencia donde nadie discutía nada y ahora se ha discutido casi todo y esto pasó en muy poco tiempo, lo cual es bueno a mi entender. Y la segunda cosa que me ha sorprendido es que esto tenía como un manto echado sobre lo que había pasado en la dictadura de Pinochet de la cual prácticamente nadie hablaba o se lo hacía muy tangencialmente. Hace un año o año y medio se empezó a hablar muy fuertemente de eso y no solo la oposición sino el propio Presidente Piñera y otras voces de la derecha, supuestamente más cercanos a lo que fue el régimen militar que también hicieron autocrítica. Es decir se ha desatado un fenómeno interesante también de revisión del pasado en búsqueda de mejorar el futuro.

¿Cómo describiría la relación con Argentina?


Extraordinaria. Hace 30 años estuvimos al borde de una guerra y hoy, en realidad no conozco ninguna relación en América Latina que tenga la fortaleza y la intensidad que tiene la relación entre Argentina y Chile y no sé cuántas habrá en el mundo. Tenemos una maravillosa relación comercial, el saldo económico más importante que tiene la balanza comercial argentina es con Chile, no hay ningún tipo de traba a ninguna importación o exportación de uno u otro país, las fuerzas armadas que fueron las originarias del conflicto que casi nos lleva a la guerra en las dos dictaduras militares hoy mantienen un vínculo ejemplar increíble, trabajan en conjunto en fuerzas de paz para Naciones Unidas, un oficial chileno manda a los soldados argentinos o un argentino a los chilenos asi que muy satisfactorio. En lo económico, aunque con cierto retraso por problemas acá en Chile, tenemos el mayor proyecto minero del mundo en conjunto, estamos explotando juntos las riquezas de la Cordillera de los Andes, no hay otro antecedente mundial de eso. Como bien decía el General Juan Perón hace muchos años: La relación de Argentina y Chile unidos más que sumar, multiplica.

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