El peritaje técnico presentado por los peritos de oficial al juez Claudio Bonadío deja, en principio, bien parado al consecionario TBA, tras el trágico accidente de Once. Es que en el informe se afirma que los frenos funcionaban correctamente, que ninguna las condiciones de infraestructura incidieron en el siniestro, y que fue el motorman el que cometió un error.

"Se verificó en todas las pruebas, ensayos, comprobaciones y mediciones que la formación estaba en plena capacidad para frenar ya sea mediante el freno de servicio, el freno de emergencia, el dispositivo hombre muerto o la inversión de marcha. Es decir que todos los sistemas de freno estaban en capacidad de operación para su utilización", dice el documento.

Los peritos señalan que "el tren frenó en todo el tiempo anterior al siniestro, tenía la plena capacidad para frenar al momento del hecho y frenó en todas las pruebas realizadas en el marco de la pericia". Y agregan: "En la formación de 8 coches había 7 compresores, de los cuales 6 compresores funcionaban adecuadamente".

Verificaron también la ausencia de "reportes del conductor involucrado ni de ningún conductor anterior con el Puesto de Control Trenes respecto de eventuales avisos de fallas en la formación chapa 16". Además, remarcaron que "de las pericias a la infraestructura (vías, señales, paragolpes, plataformas, etc.) no surge evidencia objetiva de falla o anormalidades que incidieran en las causas del siniestro".

Los especialistas cargan la responsabilidad sobre el conductor, puesto que "habría anulado el dispositivo de seguridad de \'Hombre Muerto\', pasando la llave inversora de marcha a la posición nuestro. Esta operación incorrecta anula la salida de la orden de frenado automático de emergencia. Sin perjuicio de lo cual, tenía aún disponible el freno de servicio, el freno de emergencia y la posibilidad de aplicar la contramarcha como último recurso".

Pero vuelven a desligar a la empresa concesionaria, al confirmar que "el conductor había cumplimentado todos los exámenes médicos, psicológicos y técnicos correspondientes, habiendo también aprobado todo el curso de conducción con sus correspondientes módulos".

Otro de los puntos que se le cuestionaba a TBA la inacción en las reparaciones de su taller en Castelar. En el peritaje se afirma que de los documentos secuestrados por la justicia en ese lugar, se confirmó que "se realizan las tareas correspondientes, se solucionan las fallas y se verifica la aptitud técnica de los trenes a ofrecer al servicio", aunque se menciona una "cierta informalidad en la sistematización de la documentación utilizada para el registro de las tareas".

El próximo miércoles se presentaría una ampliación del informe, con algunos datos que solicitó el juez Bonadío, y luego se estima que comenzaría la ronda de citaciones para tomar declaraciones, a la que asistirían representantes de los gremios, de la concesionario TBA, e incluso el secretario de Transporte.