Eric Calcagno comenzó su nueva etapa como diputado sorprendiendo a propios y extraños: puso a cuatro de sus colaboradores a pintar su despacho en enero, con casi 40 grados de temperatura y casi sin gente en el Congreso.
Los pocos empleados que concurren no pueden creer como somete a sus empleados a esa tarea. Pero para dar el ejemplo, él mismo se puso a pintar las paredes, con el verde imperial que pensó para su oficina.
Calcagno aterrizó en Diputados sin mucho para celebrar. No será presidente de la Comisión de Presupuesto que sí manejó en el Senado. Los rumores indican que podría recaer en la bicameral de control de los organismos de inteligencia, comisión que si está manejada por el oficialismo, como ocurrirá esta vez, rara vez funciona.