28 de abril, 2024
Garré logró desalojar el Club Albariño sin muertos ni heridos
Tras 16 días de usurpación, los efectivos expulsaron a los ocupantes del predio de Villa Lugano. Según versiones oficiales, el procedimiento pacífico y sin incidentes. El juez había pedido detener a 14 personas. Investiga la presencia de un grupo organizado de Ciudad Oculta dedicado a la usurpación y venta ficticia de terrenos.
Luego de dos semanas de sufrir el fuego a discresion de la retórica de la mano dura y el "orden" que reclamaba el desalojo a como de lugar del Club Albariños de Villa Lugano, la ministra de Seguridad Nilda Garre, se dio esta tarde el lujo de desalojar el predio sin muertos ni heridos de gravedad, como prometio en una conferencia de prensa la semana pasada.
Se trata de la segunda acción de contención de un conflicto social que la ministra logra resolver sin muertos. El jueves pasado luego de horas de desmanes logró dispersar a un grupo que saqueó locales y agitó protestas en la estación Constitución.
El desalojo de esta tarde del terreno de Villa Lugano sin muertos ni cacerías descontroladas, marca un contraste muy fuerte con el operativo que intrumentaron el jefe de Gabinete y el ministro de Seguridad porteño Guillermo Montenegro en el Parque Indoamericano, que terminó con un saldo de dos muertos. Muertos que según las últimas pericias habrían caído por balas de la Policía Federal y la Metropolitana; y no por armas tumberas como dijeron en su momento Aníbal Fernández y el propio Macri.
La noticia del desalojo, efectuado por la Policía Federal en base a una orden del juez federal Daniel Rafecas, fue confirmada esta tarde por la agencia oficial Telam, que señaló que se produjo "sin incidentes".
Voceros de la comisaría 48ª señalaron que cuando la policía ingresó al predio no quedaba nadie, mientras que para entrar al lugar los uniformados liberaron una entrada que estaba tapada por un camión.
Esta noche ya eran tras once las personas detenidas acusadas de haber comandado la toma del club, mientras se busca a otros tres sospechosos que tienen orden de captura dictada por el juez federal Daniel Rafecas. El magistrado dictó 14 ordenes de captura en las últimas horas, que se suman a dos detenidos con aterioridad.
De este modo, son trece las personas arrestadas por la toma del club que fue ocupado en la noche del 12 de diciembre. Los primeros dos detenidos -Carlos Fernández y Luis Alberto Fredez Domínguez- están sindicados como los principales organizadores de la toma del Albariño.
En el espacio donde estaba instalada la cancha de fútbol del club Alabariño, donde permanecen efectivos policiales, quedaban unas 40 casillas hechas con plásticos, cartón, trozos de tela y maderas, que serán desarmadas por personal del Ministerio de espacio público del gobierno porteño.
El vicepresidente del club, Héctor Escobar, dijo estar "muy contento", al tiempo que pidió "encarecidamente el mantenimiento de la guardia policial", y sostuvo que "ahora es tiempo de limpiar todo y empezar de nuevo para reiniciar este proyecto de nuestro club barrial".
La actuación de Garré y Rafecas
Desde que asumió el cargo, Garré prefirió trabar estos conflictos separando la paja del trigo, buscando a los instigadores, ejerciendo un control civil permanente de las acciones de la policía, para evitar las tradicionales represiones indiscriminadas.
En ese marco, Rafecas ordenó además del desalojo la detención de cinco personas, que están siendo buscadas por la policía, mientras esta tarde se aprestaba a indagar a los ya apresados, acusados por los delitos de usurpación y asociación ilícita.
Por la toma, ya habían sido detenidas otras dos personas, sindicados como principales organizadores de esta toma y de otras similares en las inmediaciones.
Se trata de Carlos Fernández, argentino de 45 años, y Luis Alberto Fredez Domínguez, paraguayo de 26 años. De esta manera, ya son nueve los detenidos que tiene la causa.
Según lo adelantado desde el juzgado, hasta el momento se trabaja sobre la convicción de que se trata de un grupo organizado, muchos de ellos con antecedentes penales, dedicado a la usurpación y venta ficticia de terrenos alrededor de Ciudad Oculta, entre otros delitos.
“Se tapaban las caras porque eran delincuentes”
Miguel Torres, el casero del club, fue uno de los primeros en anunciar que la toma había terminado y aportó detalles del tiempo en que se mantuvo cautivo dentro de las instalaciones.
“Estuve quince días y quince noches encerrado. Estaba secuestrado y amenazado, Me decían si salís no entras más; y si te vas, vamos a tomar tu casa. Yo no ocupé ningún terreno. El club me cedió un pedazo de tierra e hice mi ranchito”, aclaró.
Torres sostuvo que los ocupantes procedían de Ciudad Oculta y tenían antecedentes penales. “Ellos mismo se tapaban las cámaras porque tenían antecedentes penales. Me mostraban algunos cuchillos y algunas armas de fuego”, relató.
Se trata de la segunda acción de contención de un conflicto social que la ministra logra resolver sin muertos. El jueves pasado luego de horas de desmanes logró dispersar a un grupo que saqueó locales y agitó protestas en la estación Constitución.
El desalojo de esta tarde del terreno de Villa Lugano sin muertos ni cacerías descontroladas, marca un contraste muy fuerte con el operativo que intrumentaron el jefe de Gabinete y el ministro de Seguridad porteño Guillermo Montenegro en el Parque Indoamericano, que terminó con un saldo de dos muertos. Muertos que según las últimas pericias habrían caído por balas de la Policía Federal y la Metropolitana; y no por armas tumberas como dijeron en su momento Aníbal Fernández y el propio Macri.
La noticia del desalojo, efectuado por la Policía Federal en base a una orden del juez federal Daniel Rafecas, fue confirmada esta tarde por la agencia oficial Telam, que señaló que se produjo "sin incidentes".
Voceros de la comisaría 48ª señalaron que cuando la policía ingresó al predio no quedaba nadie, mientras que para entrar al lugar los uniformados liberaron una entrada que estaba tapada por un camión.
Esta noche ya eran tras once las personas detenidas acusadas de haber comandado la toma del club, mientras se busca a otros tres sospechosos que tienen orden de captura dictada por el juez federal Daniel Rafecas. El magistrado dictó 14 ordenes de captura en las últimas horas, que se suman a dos detenidos con aterioridad.
De este modo, son trece las personas arrestadas por la toma del club que fue ocupado en la noche del 12 de diciembre. Los primeros dos detenidos -Carlos Fernández y Luis Alberto Fredez Domínguez- están sindicados como los principales organizadores de la toma del Albariño.
En el espacio donde estaba instalada la cancha de fútbol del club Alabariño, donde permanecen efectivos policiales, quedaban unas 40 casillas hechas con plásticos, cartón, trozos de tela y maderas, que serán desarmadas por personal del Ministerio de espacio público del gobierno porteño.
El vicepresidente del club, Héctor Escobar, dijo estar "muy contento", al tiempo que pidió "encarecidamente el mantenimiento de la guardia policial", y sostuvo que "ahora es tiempo de limpiar todo y empezar de nuevo para reiniciar este proyecto de nuestro club barrial".
La actuación de Garré y Rafecas
Desde que asumió el cargo, Garré prefirió trabar estos conflictos separando la paja del trigo, buscando a los instigadores, ejerciendo un control civil permanente de las acciones de la policía, para evitar las tradicionales represiones indiscriminadas.
En ese marco, Rafecas ordenó además del desalojo la detención de cinco personas, que están siendo buscadas por la policía, mientras esta tarde se aprestaba a indagar a los ya apresados, acusados por los delitos de usurpación y asociación ilícita.
Por la toma, ya habían sido detenidas otras dos personas, sindicados como principales organizadores de esta toma y de otras similares en las inmediaciones.
Se trata de Carlos Fernández, argentino de 45 años, y Luis Alberto Fredez Domínguez, paraguayo de 26 años. De esta manera, ya son nueve los detenidos que tiene la causa.
Según lo adelantado desde el juzgado, hasta el momento se trabaja sobre la convicción de que se trata de un grupo organizado, muchos de ellos con antecedentes penales, dedicado a la usurpación y venta ficticia de terrenos alrededor de Ciudad Oculta, entre otros delitos.
“Se tapaban las caras porque eran delincuentes”
Miguel Torres, el casero del club, fue uno de los primeros en anunciar que la toma había terminado y aportó detalles del tiempo en que se mantuvo cautivo dentro de las instalaciones.
“Estuve quince días y quince noches encerrado. Estaba secuestrado y amenazado, Me decían si salís no entras más; y si te vas, vamos a tomar tu casa. Yo no ocupé ningún terreno. El club me cedió un pedazo de tierra e hice mi ranchito”, aclaró.
Torres sostuvo que los ocupantes procedían de Ciudad Oculta y tenían antecedentes penales. “Ellos mismo se tapaban las cámaras porque tenían antecedentes penales. Me mostraban algunos cuchillos y algunas armas de fuego”, relató.
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Ayer a las 18.10, un aire de final feliz invadió la pantalla: se anunciaba oficialmente que los okupas del Club Albariño lo habían desalojado ante las 14 órdenes de captura emitidas por el Juez Federal Daniel Rafecas, quien además caratuló la causa como una usurpación con fines económicos.
Pero poco después se supo que a la mayoría de los okupas a los que les vendieron lotes por 2.000 pesos se los había indemnizado con 5 millones de pesos a repartir entre estas familias, que ya tienen domicilio en Ciudad Oculta. Acto seguido, un grupo numeroso salido de Albariño ocupó un predio de 2 hectáreas a 20 metros de aquel club, en Santander 6151, propiedad del señor Rubén López, quien tenía un depósito de logística. Éste ya sufría por algunos ocupantes y había iniciado una acción de desalojo, sin éxito hasta el momento. Ahora tendrá que esperar hasta febrero. Para ese entonces es seguro que en el predio usurpado se levantarán construcciones. Y se hablará de derechos adquiridos.
Una vez más, fracasó la no criminalización de la protesta
De este modo, el “desalojo pacífico” se transformó en una relocalización paga. Sin embargo, hay una diferencia importante. Albariño era un predio donado por Ferrocarriles, lo que motivó la intervención de un juez federal. En cambio, el señor López, dueño del depósito de logística, tendrá que esperar sentado la orden de desalojo dictada por una jueza civil.
Así las cosas, el “triunfo” del gobierno nacional es una mentira más que estuvo difundiendo la flamante y colorida Ministro de Seguridad, Nilda Garré, cuya única política es el chicaneo y las acusaciones sin pruebas. Por ejemplo, sobre la extraña alianza entre Duhalde, Macri y el Partido Obrero. Dos dirigentes de este partido fueron acusados de violar casi todo el Código Penal para luego ser puestos en libertad ante la amenaza de una ocupación de las boleterías de la estación Constitución por parte de la izquierda revolucionaria. Finalmente, la protesta quedó sin efecto ante la promesa oficial de reincorporar a los mil trabajadores tercerizados. De este modo el Partido Obrero pasó de ser el malvado de la película a lograr todos los objetivos que se planteó la semana pasada al ocupar las vías del Roca en la estación Avellaneda, lo que dio origen a los violentos incidentes en la estación Constitución. Como se ve, en los dos casos citados, los okupas de predios y vías lograron lo que querían. O sea que la usurpación da derechos.
EL CAOS EXISTE
Garré afirmó que la extraña alianza entre Duhalde, Macri y el PO se propone instaurar el caos. Pero la ministro sabe muy bien que el caos está instalado en el país por la imprevisión de este gobierno. Como anticipamos hace mas de 20 días, la falta de billetes se produjo porque el gobierno se negó a emitir un billete de 500 pesos, que sería un reconocimiento oficial de la inflación. A esto se le suma la desastrosa política energética. que trajo como consecuencia la falta de combustible, los cortes de luz y los piquetes en las calles y en las rutas que llegan a la ciudad.
A este gigantesco caos se le suma una inflación de alimentos, que llegó este año a más del 40% anual. Esto implica que de los 5 millones de puestos de trabajo creados por este gobierno dos tercios de los mismos están mal pagos. Se trata, en realidad, de gente que dedica todo lo que gana a comprar alimentos. Finalmente y como dijimos hace un mes, a CFK le imprimen todos los días el diario de Yrigoyen.