"No hay política de seguridad sin mayor presupuesto para las policías"
En una entrevista con la LPO, Sidonie Porterie titular del Inecip, un centro de estudios sobre políticas de seguridad, analizó la situación de las fuerzas policiales. Aseguró que las mismas no son incontrolables, pero falta voluntad política para ordenarlas. La corrupción policial y las fallas en la Justicia. Además, advirtió: "sería un retroceso imaginar que al problema social lo vamos a resolver con palos y policías".
Es uno de esos edificios antiguos del microcentro. Al entrar, como en cualquier centro de estudios, se ven muchos libros y oficinas desangeladas. El lugar de la charla: una pequeña biblioteca -pequeña en espacio, aunque no en cantidad de libros- con una gran mesa de madera.

La entrevistada es Sidonie Porterie, directora ejecutiva del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP). Se trata de una prestigiosa institución que preside el doctor David Baigún y cuenta entre los miembros del consejo directivo al doctor Alberto Binder, autor de numerosas reformas penales en la región, en la línea de la aplicada en su momento por el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanian.

El Inecip volvió en los últimos días a los primeros planos de la prensa porque otra de sus directivas, la fiscal Cristina Caamaño, fue designada secretaria de Seguridad en línea con el desembarco de Nilda Garré en el flamante Ministerio de Seguridad.

Sidonie Porterie es licenciada en Ciencia Política, se especializó en seguridad, y aceptó hablar sobre la visión que el instituro que dirige tiene en materia de seguridad.

El arribo de Garré a Seguridad se explica como una decisión frente al supuesto fracaso de la política de pactismo con la policía, que se entiende como el acuerdo implícito entre el gobierno y la policía, en la que se le pide a la fuerza que evite los crímenes comunes. Los que más molestan, como robos, violaciones, secuestros, a cambio de hacer la vista gorda ante los propios negocios ilegales de la policía ¿Esto es así?

Hay un entendimiento o un diagnóstico común a todas las fuerzas policiales, en Argentina y en muchos casos en América Latina, que es que aparece una suerte de doble pacto entre policía y política. Es decir que a nivel política se permite que sea la agencia policial la que determine sus políticas y tenga autonomía para la definición de sus propias pautas organizacionales, a cambio de cierto control o garantía de niveles delictuales tolerantes. Ese sería como el primer nivel del pacto.

El segundo nivel se da entre la policía y algunos negocios, los cuales a veces pueden ser ilegales y a veces bordean la ilegalidad, “flojos de papeles” como dice Marcelo Saín que es especialista en materia policial, a partir de lo cual se produce una suerte de regulación del delito.

Ese es un diagnóstico que está presente en la mayoría de las policías del país, y que tiene que ver con una historia de su funcionamiento durante muchos años, y que entra en crisis ante una situación en la que la violencia y el delito empieza a tomar otras características, y donde la complejidad de algunas formas delictivas desborda los niveles policiales y la lógica del pacto se rompe porque no hay posibilidad de cumplimiento.
"No hay política de seguridad sin mayor presupuesto para las policías"

¿Y qué tan certera es la idea que vincula a la policía con el delito?

En relación a la Policía Federal, ha habido numerosas denuncias señalando que controla algunos tipos de estas actividades que bordean lo ilegal y que tienen que ver con la prostitución, el juego, y en medio de esto algunos circuitos delictivos que se cuelan en estas actividades. Entonces, sí entiendo que hay una suerte de dependencia y una política muy fuerte del Gobierno para con las fuerzas policiales.

Ahora, lo cierto también es que esto refleja una responsabilidad política no cumplida. Es que es la política la que permite el autogobierno. El autogobierno policial no se produce por mera capacidad policial, sino por autorización política. Entonces ahí también hay que identificar una responsabilidad que no se ha cumplido debidamente.

Sin embargo, en el caso argentino, se le da todo este poder de autogobierno a la policía, pero parece no poder manejar tampoco los delitos comunes, que es lo que deberían hacer a cambio de ese autogobierno…


Si. Es que el problema no es sólo el delito común, sino también el complejo. Hay momentos donde esas formas delictivas se entrecruzan.

El ejemplo del robo de autos es muy paradigmático, porque quien roba un auto puede ser gente más o menos organizada, pero después se encuentra con un canal de comercialización en una estructura de mercado donde hay una organización mucho más fuerte.

Entonces, hay complejidades que hoy ni los niveles ministeriales, ni las policías están observando, ni estudiando lo suficiente, ni pudiendo construir un diagnóstico que sea sostén del diseño de políticas más eficaces.

En la contracara de quienes proponen medidas de tolerancia cero, están los garantistas que proponen, entre otras cuestiones, un control civil de las fuerzas policiales, ¿esto es posible?

En realidad, el concepto de garantismo no lo pondría como antítesis de nada, en el sentido de que la garantía es un derecho constitucional. Tendría que ser un principio sostenible en todos los ejercicios de seguridad.

Sí define a esta nueva concepción un paradigma de seguridad democrática, en clara oposición a lo que puede ser un paradigma represivo, punitivista y de tolerancia cero. Me parece que ahí está más clara la contradicción de los modelos.

El modelo de seguridad democrática supone en primera medida la conducción civil de las fuerzas policiales. Y supone conducción civil por este entendimiento de que históricamente ha habido un autogobierno de las fuerzas y también un desgobierno político. Y supone también que el problema de la seguridad no es solamente un problema policial.

La concepción de un modelo de seguridad democrática supone que el recurso policial es un recurso clave, pero no el único; y que a ese recurso clave, por sobre todas las cosas, hay que conducirlo y dirigirlo.
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¿Cómo se traduce esto en políticas concretas?

En términos de políticas públicas, yo lo que creo es que eso significa por un lado, construir un ministerio que no existe, con profesionales capaces de diseñar, evaluar e implementar una política de seguridad en todas estas aristas, incluyendo a la policía.

Y en términos de conducción civil del sistema policial, significa que el nivel ministerial y la conducción política se deben hacer de los resortes de poder que hoy, o hasta el momento, han quedado al nivel del manejo de las fuerzas. Con recursos de poder quiero decir: información, administración financiera y control institucional a partir de políticas de control de personal.

¿Piensa que el recién creado Ministerio de Seguridad va a tener la capacidad de avanzar en esa dirección?


Yo creo que una de las dificultades más importantes para el nuevo ministerio, descontando la voluntad política de ir en ese sentido, es poder definir aquellas políticas prioritarias que se puedan instrumentar en un año. Es esa variable tiempo la que va a condicionar las decisiones que den materialidad a esta concepción de política de seguridad.

Sí creo que hay un valor que no es de mínima, que es generar las estructuras de gobierno en cuanto a sistemas de seguridad. Si se alcanzara sería un paso fenomenal para la política de seguridad de los gobiernos que sucedan. Acá no hay cuerpo administrativo, no hay cuerpo burocrático, no hay especialistas formados e integrados y con capacidad de producir políticas de seguridad.

¿Imagina que eso se puede concretar en un año?

No, yo creo que no se puede hacer. Creo que la Ministra y la Secretaria de Seguridad y supongo que en esto también tendrá peso la decisión de la Presidenta, deben tomar una serie de decisiones clave, estratégicas e inteligentes para sentar bases. Pero desconozco de momento cuáles son. Habrá que ver por dónde empiezan, teniendo en cuenta la variable temporal como un condicionante importante.

El rol de la justicia


La sociedad tiene la percepción de que no hay justicia, que los delincuentes nunca pagan por sus crímenes, parte de ese reclamo se mezcló incluso con la toma del Parque Indoamericano ¿Hay una falla en la Justicia, además de en la policía?

A mí me parece que hay que hacer una salvedad muy importante en relación a los conflictos que se vivieron en Soldati: el problema social no se debe atender con políticas de seguridad. En esto tenemos que tener claridad, tenemos que poder transmitirlo. Me parece que la gente puede hacer ese discernimiento.

La creación del Ministerio de Seguridad fue una respuesta a una acción de la Policía Federal que se salió de todos los cánones en los que se debía proceder. Pero me parece que no es una respuesta al conflicto social.

Pero se dio justo en el mismo momento…

Sí, pero por eso me parece importante poder separar y entender que sería un retroceso fenomenal imaginar que al problema social lo vamos a resolver con palos y policías.

Respecto de la preocupación y el reclamo de la gente, creo que es legítimo. Efectivamente, transmitimos algo que nos afecta y que en términos generales afecta a toda la sociedad. Pero en esto no estoy tan segura de que el reclamo de la sociedad siempre sea un reclamo de mano dura, de mayor represión y de liberar las manos de la policía. Me parece que ahí hay una suerte de juego muy perverso de ciertos sectores y niveles políticos, donde es más fácil dar la respuesta punitivista, que significa sólo cambiar una ley, o sacar policías a la calle; que dar una respuesta estructural al problema.

Entonces, me parece que también hay que denunciar esto. La gente lo que expresa es “tenemos un problema y no lo están resolviendo”, y hay muchos sectores políticos que decodifican ese mensaje en términos de “están reclamando más policías, más mano dura, están reclamando un incrementos de penas”. Yo no estoy tan segura de eso, me parece que la gente en muchos niveles pide otra cosa.

Esa no es la única forma de prevenir el delito, hay otras formas. El problema es que las otras formas sí suponen un trabajo mucho más complejo, suponen una responsabilidad política que con la lógica del doble pacto se estaba evitando asumir.

También hay un punto bastante perverso en esto de la demonización de la policía. ¿Cuál ha sido la responsabilidad política en ese proceso de demonización? De repente es como que las policías se han vuelto así porque quisieron y solitas. Me parece que no son cuerpos totalmente demonizables, y en esto hay una responsabilidad política que se debe asumir.
"No hay política de seguridad sin mayor presupuesto para las policías"

Las propuestas

¿Cuáles son esas “otras formas” para solucionar o disminuir el problema de la inseguridad?


El punto de partida es hacer un diagnóstico preciso y profundo de la situación de violencia y delito, que no debe ser a escala país, sino a escala local. Digo, lo que puede afectar en San Justo, no va a ser lo mismo que puede afectar al vecino de la Recoleta, ni va a ser lo mismo que puede afectar al vecino de Quilmes.

Sobre el diagnóstico, y en paralelo, hay que trabajar en la construcción de un ministerio que empiece a formar profesionales capaces de formular políticas, de instrumentarlas y de evaluarla también.

Pero hay cosas que se han hecho y que tienen buenos resultados. Por citar, la gestión de Arslanián, en sus dos períodos en la Provincia de Buenos Aires, tendió a estas líneas y la verdad que habían dado resultados. Había niveles de reducción de los delitos, me parece que es un antecedente a tomar en cuenta.

De igual manera, me parece que hay procesos de reforma policial como es el de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que tienen mucho para aportar a lo que puede hacer el gobierno civil de las fuerzas de seguridad.

Desde el Gobierno nacional también hubo una política de armas que fue muy interesante, que tuvo que ver con un programa de entrega voluntaria y de destrucción que es inédito para la Argentina y con antecedentes en otros países como Brasil, que logró reducir la tasa de homicidios.

Existe la idea que este programa en particular ayuda más a lo que son conflictos domésticos, que a disminuir la criminalidad en sí…

Sí, pero también hay que tener en cuenta que en el mercado de las armas, las que están hoy en manos de la delincuencia en buena medida provienen de las tenencias particulares.

Entonces, quitar 100 mil armas de la población civil implica, de alguna manera, reducir un posible flujo de armas hacia el mercado ilegal. Es un impacto indirecto, sin dudas, y está claro que la prioridad de ese programa era la conflictividad interpersonal.

La necesaria reforma procesal

Volviendo un poco atrás, ¿hay una falla en la Justicia en los respecta a la inseguridad?

En primer lugar, la respuesta de la Justicia es sobre un hecho consumado, con lo cual la Justicia no reemplaza al sistema de seguridad.

Es equivocado imaginar que es a través de una política judicial donde encontramos solución a esto. Lo que sí es verdad es que tenemos una Justicia totalmente obsoleta, cuyos trámites demoran muchísimo tiempo, donde lo imputados tienen muy pocas formas de hacer valer sus derechos en términos de cuidados del proceso, tenemos una población de presos preventivos muy alta. Entonces, hay una distorsión y una cantidad de problemas innumerables en el sistema judicial que obviamente deben ser objeto de discusión pública y que merecen una reforma profunda.

Pero no es un problema de penas, es un problema procesal, de cómo se produce todo el trámite de valoración y de juicio.

Tomando como ejemplo el caso más emblemático, que es el de EEUU, ¿considera que acortar las instrucciones de años a meses o semanas y pasar al juicio oral de manera casi directa sería una solución de terminar con esta trampa de presos por años sin condena y excarcelaciones que indignan?

Sí, nosotros creemos que la reforma es la oralización total del sistema de justicia. Es allí donde se juega un sistema más eficaz y más democrático. Es más transparente para los que están afectados directamente por el proceso concreto, la víctima y el imputado, y también para la sociedad en su conjunto, porque lo que observa hoy la sociedad es un sistema que le es ajeno, lo único que se ve es el capítulo final, pero no puede conocer lo que sucede en el medio.

Por otro lado, también da la sensación que la Justicia ordena a las fuerzas policiales, pero no hay presencia judicial cuando la policía lleva a la práctica las órdenes…

Eso está directamente vinculado a la transformación del sistema de Justicia y del proceso penal, donde haya fiscales que investiguen, defensores que defiendan y jueces que solamente evalúen y definan. Pero, sobre todo en el sistema federal, ese esquema está absolutamente distorsionado porque es el propio juez el que manda la orden a la policía, y el propio juez el que hace la investigación, y luego será otro juez el que lleve el juicio y defina.

Entonces, estamos ante una necesidad imperiosa de modificar la estructura del sistema judicial, dando facultades y capacidades reales a los fiscales para que investiguen y para que lideren la investigación. En ese sentido, aquello que sea asistencia policial debe estar directamente conducido por un fiscal.

También estaría la necesidad de una policía judicial, que esté especializada en investigación y que asista de otro modo…

Claro, tenemos esta cosa del policía multifunción, esperamos que ayude a la viejita a cruzar la calle, que esté atento pueda prevenir la comisión de un hecho, que pueda recolectar pruebas, que pueda asistir a la justicia. No es la misma la función del policía de calle, que la de aquel que asiste en investigaciones complejas. Hay muchas funciones muy específicas que debe desarrollar la policía y que suponen estructuras institucionales especializadas, no personas que hagan de todo.

Tomando como ejemplo el caso de Rudolph Giuliani en Nueva York, emblema de la tolerancia cero, pocas veces se recuerda que creó un cuerpo implacable en la lucha contra la corrupción policial ¿La creación de una policía anticorrupción en Argentina podría contribuir a una solución del problema de la inseguridad?

Creo que una de las claves de la forma policial en particular es el ajuste total a la ley en todos sus desempeños, lo que significa una sanción inmediata de todos los casos que estén asociados a la comisión de un delito o el abuso o la corrupción.

Son cosas que están todas concatenadas. Es imposible pensar que una policía profesionalizada sea una policía estructuralmente corrupta. Y al mismo tiempo, es imposible una profesionalización, sin niveles de corrupción estructural, si no hay presupuesto suficiente para tener personas dedicadas 100 por ciento a esto y formadas para ello. La carrera policial debe permitir un desarrollo profesional, con los niveles de exigencia que esto tiene.

Volvemos entonces a la decisión política y al nivel ministerial. Una política de seguridad integral y de concepción democrática implica una inversión muy alta para el Estado, que tiene que estar dispuesto a hacerla. En esto, Saín lo ha expresado muchas veces, la corrupción estructural en muchas policías se da porque los presupuestos no alcanzan para asegurar siquiera la operatividad de la fuerza.

En ese sentido, ¿los bajos sueldos de los policías influyen en la corrupción?

Los sueldos de los policías casi que los obligan a cumplir funciones en otros lados. Luego, llegan al momento de la función policial sin haber dormido, en condiciones en las que no podrían portar un arma, no podrían salir a investigar nada, no podrían salir ni a hacer patrullaje de calle.

Entonces, en buena medida la prevención de la corrupción es poder separar y sancionar a aquél que haya cometido un hecho de corrupción, pero también es una inversión muy fuerte que debe hacerse para que no se de esta tendencia estructural.

Por otro lado, los delitos de “cuello blanco” tampoco se investigan…

Es que estamos entiendo mal que el problema de la inseguridad es solamente el de los chicos en la calle que roban billeteras. Se pueden tener mejores resultados apuntando a la estructura de los mercados ilícitos, que si apuntas al individuo y al caso concreto.

Hay una deficiencia fenomenal en la investigación compleja, no hay investigación sobre el mercado ilícito de las armas de fuego o la trata de personas, todas actividades que alguna manera se hacen con la venia política.

Pareciera que los niveles más bajos del crimen, los “pibes chorros”, son necesarios para mantener las grandes cúpulas del crimen. Entonces, da la sensación que esos delitos no se van a evitar nunca…

Lo que pasa es que el lugar del “chiquitaje” es el de mayor recambio. No así, si se controla el nivel de la comercialización y estructuración del mercado. Hay todo un circuito de gente y de etapas donde se debería poder intervenir analizando esas dinámicas lo suficiente como para producir resultados. Está claro que en el otro nivel no se va a producir nunca nada.

El nuevo Ministerio de Seguridad

Con la creación del nuevo Ministerio de Seguridad, se dice que la Presidenta quiere combatir las mafias policiales, sin embargo hay quienes piensan que no es el mejor momento porque provocaría crisis política y descontrol social ¿Es real que la policía tiene tanto poder como para tener de rehén al Gobierno?


Me parece que parte del poder de los que no quieren que nada se cambie es seguir posicionando a las fuerzas como este “cuco” inabordable y que es todo malo. Aunque tampoco hay que subvaluar la capacidad de incidencia que puede tener una fuerza policial.

Hay ejemplos de reformas policiales que ya se han hecho. Por supuesto que se van a producir tensiones, pero también hay que dejar de pensar a las policías como un todo, como un cuerpo con una sola cabeza. Las policías son cuerpos muy grandes, donde conviven sectores de distintos tipos y con distintas ideologías. Entonces, me parece que hay sectores de la Policía Federal que seguramente van a ser aliados de una transformación.

Si se pudo hacer con las Fuerzas Armadas, ¿por qué no se puede controlar a la policía?

Me parece que son parte de los miedos que difunden los sectores que prefieren que las cosas no cambien. Lo mismo pasó con las Fuerzas Armadas, y la reforma y el cambio se pudo producir. Pero llevan tiempo porque son procesos históricos e institucionales muy grandes, no dependen solamente de crear una estructura, dependen de prácticas que están absolutamente instaladas entre los miembros.

Se habló en su momento de trasformar a la Policía Federal en una especie de FBI, pero nunca se hizo, ¿por qué?

Nosotros creemos que la Policía Federal debería sufrir una transformación que derive en una suerte de agencia de investigación. Lo cierto es que ese proceso está totalmente vinculado y condicionado por el proceso político de conformación de una policía de la Ciudad. Lo que sucedió hasta ahora es que la Policía Federal abocó parte de sus esfuerzos, personal y recursos, a la atención y el cuidado de la población y los espacios de la Ciudad de Buenos Aires.

Entonces, son procesos que deberían ser articulados y combinados estratégicamente. Lamentablemente, no han coincidido el Gobierno nacional y el local para hacer de esto una política concertada. Me parece que el enfrentamiento entre el macrismo y el kirchnerismo ha devenido en esta creación de una Metropolitana que nace en el peor momento y en el peor contexto.

Este proceso en algún momento se va a tener que dar, porque nada explica que haya dos policías. La Ciudad debe tener su poder de policía, y necesitamos una agencia de investigaciones.

Hay una necesidad de concertación política que por lo menos al momento es difícil de imaginar que se pueda dar.

¿Qué opina de los cambios que se hicieron en la cúpula de la Federal?

Me parece que es una medida lógica para un nuevo ministerio y ante la necesidad de generar un canal de conducción de las fuerzas. Sería poco creíble que una nueva ministra pueda concertar conducción por intermedio de jefaturas que se establecieron de otra manera con otro actor político.

Porque lo que se puede leer de la creación del nuevo ministerio, en términos de qué significa, es cambiar la lógica de la política de seguridad del Gobierno 180 grados. Está claro que la jefatura anterior tuvo otro concepto en cuanto a políticas de seguridad y conducción.

Es que es la primera vez que el Gobierno nacional se hace cargo tan abiertamente de la inseguridad…


Sin dudas. El primer dato a recoger de la creación del ministerio es que el Gobierno está poniendo en la agenda pública número uno de su prioridades el problema de la seguridad. Esto es un dato que no se pudo observar en todos los años de la gestión kirchnerista, ni de Cristina, ni del anterior presidente. Sin dudas que es un mensaje fuerte. Lo que se observaba hasta ahora es que la inseguridad aparecía como un problema de las provincias o de la Ciudad, pero nunca era un problema nacional.

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  • 19
    Rubén Sierra
    04/03/11
    15:58
    ¿Como me puedo comunicar con el Inecip, vía on line?
    Responder
  • 18
    Steve Vai
    28/12/10
    19:08
    Bien por el fantasma lo que escribio es correcto. Arslanian, Sain (cain), Gorgal (harry potter), Azcoaga y todas esas figuritas que venden humo y no solucionan nada, se hacen especialistas de seguridad y crean institutos truchos, nunca pisaron una Villa ni caminaron el conurbano. Y esta nenita hippona, por favor, esto ya es joda. Tiene carita de disney chanel, mejor que se siente en el pinocho!!!
    Responder
  • 17
    Isa
    28/12/10
    08:46
    Estimada y si prueban poner a gente que haya estudiado o sea por ejemplo Licenciados en Seguridad ¿cuántos trabajan en su ONG? o aún mejor preguntarse ¿cuantos trabajan en los ministerios y secretarías de seguridad de todo el país? La seguridad ¿es un negocio para pocos? ¿las ideas de Binder, Arslanian y otros son propias o son agiornadas de políticas que se aplican en otros paises?
    Responder
  • 16
    EL FANTASMA
    27/12/10
    23:52
    INECIP, BINDER, SAIN, ARSLANIAN, CELS, VERBITSKY,, SABEN DE SEGURIDAD TANTO COMO YO DE FISICA CUANTICA,, Y CUANDO HABLAN DE AUMENTAR EL PRESUPUESTO EN SEGURIDAD ES SOLO PARA LLENAR DE ÑOQUIS AMIGOS,, Y SI ALGUIEN DUDA AL RESPECTO ES CUESTION DE AVERIGUAR LO QUE HICIERON CUANDO ESTUVIERON EN LA PROVINCIA DE BS AS O LO QUE ESTAN HACIENDO EN LA POLICIA DE SEGURIDAD AEROPORTUARIA,,, LLENO DE ÑOQUIS CON ALTOS SUELDOS
    Responder
  • 15
    JOSE G
    27/12/10
    20:38
    ESTA NENA NO SABE LIMPIARSE LOS MOCOS , DEJEN DE PONER NOTAS PAGADAS , LA SEGURIDAD , COMO LA MEDICINA , SE APRENDE EN EL HOSPITAL , NO EN LAS AULAS , LA TEORIA SOLA NO SIRVE. ME HACE ACORDAR A ESOS MEDICOS QUE HABLAN DE CATASTROFES Y NUNCA ESTUVIERON EN UNA .
    Responder
  • 14
    marcelo cain
    27/12/10
    18:34
    ESTA PIBA LA VEO CON MAS PASTA PARA GRAN HERMANO, COMO DICEN COMENTARIOS ANTERIORES, CAMINA LA VILLA 31 y DESPUES HABLAMOS NENITA.
    Responder
  • 13
    Juan Pueblo
    27/12/10
    18:30
    Si, el una lastima que se tenga que discutir de forma tan "liviana" en estos foros.
    Estimado Miguel Gonzalez, le recomiendo que lea la Ley que regula las ONG, y veran que como minimo estan exenta de impuestos, por que denota una "ayuda" que pagamos todos. Ademas me gustaria ver los libros contables de esta ONG independiente, como para ver si ningun organismo estatal ayuda para su funcionamiento.
    Ademas, no es extraño que una integrante hoy sea vice ministra de seguridad y tenga esta ONG vinculacion con el estado??
    Responder
  • 12
    Miguel González
    27/12/10
    15:44
    Para Juan alias "PUEBLO": Detenete por favor a estudiar lo que implica el significado de ONG. Como sabrás, o al menos eso pienso, el INECIP es una institución de dicha categoría. En consecuencia, te explico...ONG significa Organización NO Gubernamental. Por lo que no recibe subsidios ni de este gobierno, ni de cualquier otro poder del ESTADO.

    Por favor entendamos estos conceptos y recién luego discutamos sobre seguridad pública..
    Responder
  • 11
    María Marta
    27/12/10
    14:45
    Es lamentable que se hagan comentarios tan livianos acerca de políticas de seguridad, como los que se pueden leer en los comentarios sin tener el mas mínimo conocimiento de lo que esas políticas son o implican. Los libros no hay que quemarlos hay que leerlos para adquirir suficiente conocimiento y recién ahí vamos a poder dar una opinión formada acerca del tema. El INECIP y su gente hace años que viene trabajando con esta temática y es una voz mas que autorizada para hablar. Ademas la edad no tiene nada que ver con el conocimiento que se pueda tener, solo hace falta tener mucho estudio y criterio cono se nota que tiene esta chica.
    Responder
  • 10
    Juan Pueblo
    27/12/10
    13:38
    A esta Institucion, y por ende al sueldo de esta chica, lo pagamos con subsidios del estado??? por favor, hablen del tema con propiedad, esta es una nota paga y eso le quita credibilidad....... ademas, esta chica anda a la noche por los barrios del GBA???? te invito a un CityTur, a Vos y a toda tu familia, por distintas zonas a distintos horarios y despues volves a responder las preguntas. CARADURAS!!!
    Responder
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