En el ámbito de los empresarios ya han tenido lugar las primeras preguntas y se han prolongado las charlas de café discutiendo sobre el país económico que se viene tras la desaparición de Néstor Kirchner.

Y es que el ex presidente deja un vacío difícil de llenar. Era él quien hablaba con Amado Boudou sobre las cuestiones de deuda, con Diego Bossio de la caja del ANSES, con Ricardo Echegaray sobre la recaudación y con Juan Carlos Pezoa sobre los temas presupuestarios. Era también Kirchner quien activaba y desactivaba a Guillermo Moreno y quien seguía día a día el pulso del dólar con la gente que ubicó en el Banco Central.

Luego toda la información iba al famoso cuaderno Rivadavia donde el ex mandatario tenía todos los números a mano. Ahora esa figura de coordinador no esta y esto podría traer consecuencias inciertas. Es que en el esquema de poder del kirchnerismo lo importante era el manejo de la caja. O sea, para saber por donde pasa el poder en el nuevo ciclo que se abre con la desaparición de Kirchner, habrá que esperar a ver quien maneja la distribución de los recursos. El resto, es secundario.

En ese marco, el poder permanente presiona por estas horas para que Julio de Vido sea quien asuma ese rol. Grandes empresarios, contratitas de obras públicas, gobernadores, intendentes y hasta los grandes medios, ven en el titular de Planificación a un peronista pragmático y negociador con el que podrían convivir en lo que se intuye -o pretenden- sea un gobierno de transición hasta el 2011.

De alguna de esas usinas pueden haber surgido las versiones de las últimas horas que daban cuenta de un supuesto reemplazo del ministro de Economía Amado Boudou por Julio de Vido. Lo que encierra en si mismo una contradicción ¿Porqué asumiría el titular de Planificación una cartera desguazada y con un presupuesto varias veces inferior al suyo?

Pero ese no es el único motivo. Según pudo saber LPO, De Vido estaría lejos de ese escenario de reemplazo de Kirchner en un comando de todas las áreas económicas. Es que cerca de Cristina Kirchner, interpretan la formidable movilización popular que generó la muerte de Kirchner como un mensaje que los lanza a la reelección y sobre todo, que les confirma que lo que hace falta es radicalizar el "modelo" no ablandarlo, como acaso hayan interpretado erroneamente los mercados.

Además, Cristina nunca lo terminó de aprobar a De Vido dentro de su gabinete y todavía se acuerdan en la Casa Rosada que cuando ella asumió la Presidencia, el ministro estuvo durante un mes en la cuerda floja y finalmente conservó su cargo por la influencia de Néstor.

“Cristina nunca quiso a De Vido y el tema es que Boudou no sabe como para conducir la economía, con lo cual el asunto por ahora esta en piloto automático” dice a LPO una fuente con despacho en Balcarce 50. “Igualmente Moyano será influyente en la decisión final de como queda la conducción económica” completó la fuente.

Las contras de De Vido no solo vienen del plano político. El propio ministro esta cansado -arrastra los problemas propios de su condición de diabético- y ese desgaste se acentuó con el fallecimiento el 18 de septiembre pasado, de su hijastro Facundo Forment, quien murió en un accidente de tránsito en Río Gallegos. 

La muerte de este joven de 22 años lo afectó seriamente y por esos días quiso renunciar y sólo un pedido personal de Kirchner evitó que dejara el gobierno. De hecho, en los últimos tiempos casi no se lo ve por sus oficinas.

Opinan los economistas

De cualquier manera, los expertos coinciden en que la decisión de nombrar a un referente para el manejo económico no es urgente. “Lo positivo es que es una determinación que se puede tomar con calma ya que no hay urgencias macroeconómicas, en líneas generales el país esta sólido y el contexto sigue siendo favorable” comentó Miguel Kiguel a LPO. “Los bancos están bien y el tipo de cambio esta controlado, por esto no deberían presentarse escenarios complicados” coincidió Jorge Todesca en diálogo con este medio.

Kiguel no cree que aparezca una nueva figura central: “creo que después de Kirchner lo que más se buscará es un equipo que se complemente, a la larga tiene que ser así, ya que en este Gobierno no hay otra figura como el ex presidente, estará en la responsabilidad del ejecutivo conformar este equipo”.

“La filosofía de este Gobierno no cree en equipos, es por eso que ahora piensa más en encontrar una figura que al menos de momento centralice las decisiones” dice por su parte Todesca.

Quien formara parte del equipo económico de Roberto Lavagna, entiende que el nuevo responsable de la economía tendrá como cuestión central dotar de una mayor institucionalidad a la política de hacienda. “Hay temas que se podrían comenzar a resolver como la normalización del INDEC o medidas serias y de largo plazo en el Banco Central” explica y agrega casi esperanzado “una mayor institucionalidad puede ser una excelente garantía para este modelo económico”.