La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) le advirtió al ministro de Energía, Juan José Aranguren, que la “solución” de desdoblar las facturas de gas en los meses del invierno no resuelve la grave crisis que genera el tarifazo a las Pymes y los comercios.

La entidad que conduce Osvaldo Cornide valoró “la intención” de las medidas anunciadas por Aranguren, pero señalaron que “no resuelven el gravísimo problema generado (por el tarifazo del gas) en el sector” de las Pymes. 

“En los hechos, las empresas están recibiendo aumentos de hasta 2000%, y en la Región Patagónica, por ejemplo, 7 de cada 10 Pymes recibieron sus nuevas boletas con subas de entre 1000% y 2000%”, detalló la CAME en un comunicado.

“Lo que se propone es que solo se pague la mitad del aumento ahora. Es decir, una fábrica de mermelada que pasó de pagar $500 de gas en marzo a $9.200 en abril (+1.740%), pagará $4850 ahora (870% de aumento) y generará hasta septiembre una deuda mensual por $4.350 que podrá pagar en los meses menos fríos del año, por ejemplo a partir de octubre o enero próximo”, continuó la entidad.

Pero lo que parece una solución no deja de ser un problema. “No se tiene en cuenta que en la mayoría de las industrias y comercios el uso del gas no es estacional: se consume casi por igual todo el año”, le explicaron a Aranguren. “Con esto, la financiación del 50% genera un problema hacia adelante porque a partir de octubre deberán pagar boletas más abultadas”, agregaron.

“Si la fábrica de nuestro ejemplo comienza a pagar la deuda generada entre abril y septiembre en octubre próximo, desde entonces estará pagando los $9.200 de la factura sin subsidios más los $4.350 que adeudaba de la boleta de abril, lo que le dará un monto de $13.550 que equivale a un incremento anual de 2.600%. Y así deberá hacerlo por seis meses”, ejemplificaron.

El segundo problema que advirtió la CAME es que “para empresas que recibieron ajustes de 800%, 1000% o 2000% en el gas, aunque se pague el 50% del aumento ahora, sigue siendo excesivo para un momento donde se frenaron las ventas, donde los costos de producción siguen subiendo, y donde ya hay muchas empresas que se han visto obligadas a bajar sus precios aun a pérdida, para sostener sus clientes”.

Para no irritar demasiado al Gobierno, la CAME concedió que hay “necesidad de ir reacomodando los cuadros tarifarios y desarmando los esquemas de subsidios”, pero cuestionaron “la gradualidad y el momento”.

“La coyuntura actual pone un límite muy claro: la actividad económica está en recesión, miles de empresas del país pelean por su supervivencia, y es el peor momento para hacer una suba brusca como la que se implementó”, destacaron los empresarios. “Necesariamente, el ajuste debe ser gradual y racional”, recomendaron para finalizar.

Las soluciones planteadas por el Gobierno (sumado el tope del 400% para los usuarios residenciales de la Patagonia) ya habían sido cuestionadas por los gobernadores patagónicos, que exigen entre otras cosas medidas para paliar la situación de las industrias y comercios de la zona más castigada por el frío. Por caso, uno de los sectores más complicados es el hotelero, al punto que el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, advirtió que no va a haber temporada turística de invierno.