Sandro Guzmán, el intendente que regresó al kirchnerismo luego de su aventura massista, renovará su licencia como diputado nacional y dejará a Sergio Massa con un voto menos en la Cámara baja al menos por tres meses más.

Según pudo saber LPO, los legisladores K se aprestan en la próxima sesión ordinaria a aprobar el pedido del jefe comunal de Escobar de modo retroactivo al 1 de marzo, tras vencerse la licencia el 28 de febrero.

Guzmán fue denunciado penalmente por su reemplazante massista, Horacio Alonso, un hombre de la vieja guardia peronista de Tres de Febrero, ungido por asumir como diputado.

La denuncia penal, como informó La Nación, recayó en el juzgado federal a cargo de Rodolfo Canicoba Corral. Sostiene principalmente la incompatibilidad de ejercer el cargo de intendente con el de diputado.

El reclamo es válido. Si bien Guzmán pidió la renovación de su licencia apenas terminó, a fines de febrero, la Cámara aún no se expidió. En las versiones taquigráficas de las sesiones del 25 de febrero y 8 de abril, el intendente figura con licencia activa, lo que es sin duda una situación irregular: el intendente mantiene en simultaneidad ambos cargos públicos.

Irónico, Alonso dijo que la maniobra crea un nuevo cargo electivo: el de “Intenputado municional”, esto es “un año intendente, otro diputado nacional”. Para el hombre de la agrupación Perón Vive, que fundó el Pato Galmarini, Guzmán “no resiste, por lo absurdo, el menor análisis”.

En rigor, como reveló LPO, la licencia de Guzmán fue una jugada del propio Massa para taponar la llegada de Alonso, resistido por algunos sectores del espacio. Lo que ocurrió fue que luego el intendente rompió con el tigrense, y con eso se quedó con la banca en Diputados.

Su regreso al kirchnerismo, de la mano de Julio De Vido con fotos posteriores junto a Daniel Scioli y Patricio Mussi, le valió al intendente un diálogo renovado con el bloque K, donde ya le avisaron que en la próxima sesión ordinaria le aprobarán la licencia de modo retroactivo, según pudo confirmar este medio por fuentes legislativas.

Al kirchnerismo le sirve porque implica, al menos por tres meses más, un voto menos para el Frente Renovador. Luego Guzmán deberá decidir, si ante la presión de Massa, renuncia a la banca o de alguna forma logra migrarla al FPV, o a un monobloque propio.

Lo que se descuenta es que Guzmán vuelva a la Cámara, preocupado por su propio territorio donde debe pelear con un candidato massista y una fuerte interna K.