El gobernador de Mendoza, Francisco “Paco” Pérez, sigue tensando la cuerda con la Casa Rosada, esta vez al advertir que su aliado Daniel Scioli será candidato en octubre con o sin la bendición de Cristina Kirchner, una respuesta a la velada amenaza oficial de negarle la boleta del Frente para la Victoria.

El durísimo desafío de Pérez a Cristina lo hizo en una entrevista con la cadena estadounidense Bloomberg, que lo ubicó como uno de los posibles candidatos a vicepresidente de Scioli. La nota se conoció poco antes del acto en el que la Presidenta lo humilló públicamente, sin siquiera saludarlo ni mencionarlo.

En la entrevista realizada por el periodista Daniel Cancel, Pérez sostiene que Scioli será candidato en octubre “con o sin la bendición de Cristina” y afirma que su par bonaerense le expresó su “fuerza y determinación” de seguir adelante independientemente de si recibe o no el apoyo de la Casa Rosada.

"Personalmente, creo que hay demasiados candidatos en las primarias", indicó Pérez, que luego destrozó a Florencio Randazzo, el principal competidor de Scioli y al parecer el elegido de Cristina. "No tiene casi ningún apoyo fuera de la Capital Federal", lanzó el mendocino.

Más adelante, Paco reitera que la popularidad de Randazzo "es prácticamente inexistente en el interior del país", y cuestiona al ministro del Interior y Transporte por las críticas a Scioli.

El gobernador de Mendoza también se refiere a la situación económica y opina que “en los últimos dos años, debido a factores económicos internacionales y nacionales, hemos tocado techo". Al respecto, dice que con Scioli el país volverá a tener un solo tipo de cambio y asegura que el bonaerense trabajará para frenar la inflación mediante la promoción de inversiones.

La dureza de las afirmaciones de Pérez seguramente habrá sido un motivo más para la furia de Cristina, que ayer durante el acto en Ezeiza rompió el protocolo y rozó la mala educación al comunicarse por videoconferencia con Mendoza. La mandataria ni saludó ni mencionó a Paco, que estaba junto al secretario de Comercio, Augusto Costa, y al diputado Guillermo Carmona, candidato del kirchnerismo puro en las primarias mendocinas.

La imagen del acto es una muestra más que elocuente del maltrato al gobernador de Mendoza, que fue ubicado marcadamente atrás de Costa, un funcionario de segunda línea, y Carmona, un precandidato con escasas chances de ganar. El hecho tuvo enorme repercusión en los medios mendocinos, que calificaron el episodio como un "castigo K".

El destrato de Cristina a Pérez incomodó incluso a los otros participantes del acto. Como explicó LPO, una vez finalizada la teleconferencia el gobernador se retiró entre desconcertado y furioso. Funcionarios y dirigentes mendocinos no recordaban haber presenciado un episodio tan grosero por parte de un Presidente.

Incluso, Pérez fue ninguneado por la agencia estatal Télam, manejada por La Cámpora y siempre lista para llevar adelante los deseos de Cristina. En un cable referido al acto en Mendoza "olvidaron" mencionar entre los presentes a Pérez, en lo que más que una represalia, pareció una chiquilinada.

El gran motivo de la bronca de Cristina es el ninguneo del peronismo mendocino a sus protegidos de La Cámpora en el cierre de listas. Comandados por Pérez, el vicegobernador Carlos Ciurca y el histórico operador Juan Carlos “Chueco” Mazzón, el PJ apartó al kirchnerismo puro de su lista y los obligó a competir con Carmona contra todo el aparato provincial.

La primera víctima de esa jugada fue Mazzón, echado por Cristina de su cargo en el Gobierno nacional. Pérez fue el primero en salir a defender al “Chueco”, en la Fiesta de la Vendimia donde se mostró con Scioli. “Para nosotros, Mazzón es una persona muy importante”, desafió.