Recién cuando Daniel Reposo brindó una pésima exposición en el Senado, Miguel Pichetto aceptó que los siete senadores del peronismo federal jamás lo apoyarían para ser procurador y su pliego estaba destinado al fracaso.

Con los radicales en contra, se habían convertido en la única esperanza de llegar a los dos tercios, pero todo duró hasta esa sucesión de furcios de Reposo. 

Alguna negociación había: la salteña Sonia Escudero, por entonces una activa senadora del peronismo federal, llegó a anticipar que el pliego saldría porque varios de sus pares habían sido tentados a faltar o abstenerse. Como se requieren dos tercios de los presentes, el faltazo ayuda tanto como la mano alzada.

La candidatura de Roberto Carles a juez de la Corte Suprema irá por el mismo carril, sólo que esta vez los senadores del peronismo federal ya firmaron en diciembre junto al resto de la oposición un compromiso para no avalar ningún candidato para el máximo tribunal.

El documento tuvo 29 rúbricas de los 72 senadores, suficientes para que al Gobierno le sea imposible llegar a los 48 necesarios para los dos tercios.

El jefe del bloque radical Gerardo Morales ratificó anoche que mantendrán su postura y, consultados por LPO, lo mismos hicieron miembros del peronismo federal, pero sus orígenes e intereses son tan diversos que en un año electoral por delante nunca faltarán sospechas de un viraje inesperado.

El Gobierno terminó el año con un techo de 39 votos propios como techo con la incorporación de la neuquina Lucila Crexller. Sin la UCR (11 propios y 2 aliados), los 3 de PRO y los 5 del interbloque Unen, sin el peronismo federal le será imposible llegar.

El interbloque al que le caen todas las miradas lo integran los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso; el fueguino Jorge Garramuño (candidato a gobernador, pero enfrenado a un sector de su partido que apuesta a Sergio Massa), el santafesino Carlos Reutemann, el neuquino Guillermo Pereyra (sindicalista y miembro del MPN), el sanjuanino Roberto Basualdo (aliado a Massa, rival de Gioja), el salteño Juan Carlos Romero (candidato y también massista) y la chubutense Graciela Di Perna, leal a Mario Das Neves, también en el Frente Renovador.

Hasta ahora ninguno parece torcer el brazo. “El martes nos juntamos, pero la idea es mantener el compromiso. Creemos que es saludable esperar hasta el año que viene para elegir un juez”, le dijo Garramuño a LPO.

Coincidió Pereyra, que en diciembre ayudó con el quórum y permitió la sanción de la ley para elegir parlamentarios del Mercosur. “Se está por generar un cambio de gobierno y nos perece producente esperar a la gente su votación”, sostuvo a LPO.

También a este medio, Basualdo sostuvo que el candidato no ayuda a cambiar de opinión. “Es muy joven y no tiene antecedentes”, concluyó.

Massa ya le marcó la cancha a los suyos: "Esto es una bomba humo para distraer la atención. No tengo ninguna duda de que esta designación no sale. La Argentina que demanda la sociedad es la Argentina con una justicia independiente y el primer gesto que aparece es la designación de un juez militante", afirmó. 

El primer desafío de Pichetto será evitar ausencias como las del misionero Salvador Cabral y la salteña María Fiore de Viñuales.

Para engrosar el número deberá volver a pedirle ayuda a Menem, que le dio quórum en diciembre; y a la correntina Josefina Meabe, de licencia médica en buena parte de 2014.

El pampeano Carlos Verna apoyó la ley de telecomunicaciones y es una puerta a tocar en un año electoral. Pero hay que sumarles senadores del peronismo federal. Y por ahora no los tiene.