Mientras continúa la discusión en el Senado en la que el oficialismo busca los consensos necesarios para aprobar mañana la ley que crea las Policías Municipales, el oficialismo podría contar con una “colaboración” de Florencio Randazzo que le permita conseguir los votos.

El escenario es complejo para el Frente para la Victoria. Necesita mañana de los 19 senadores para alcanzar el número mágico y así aprobar los artículos más resistidos del proyecto.

Ya de movida, en el bloque que conduce Cristina Fioramonti, saben que el senador Patricio García no estará en el recinto por estar de viaje por Europa (puntualmente en Alemania).

Su ausencia tiene connotaciones políticas y coincide con la decisión de su jefe político, Julián Domínguez, de rechazar el proyecto que crea policías locales en los municipios mayores a 70 mil habitantes. El presidente de la Cámara Baja dijo durante su reciente acto en Mar del Plata que “la policía debe estar conducida en una unidad centralizada”.

Inmediatamente esa definición condicionó a sus legisladores en el territorio bonaerense. La semana pasada, cuando en Diputados se dio media sanción al proyecto, el ex intendente de Chacabuco, Darío Golia, estuvo ausente.

Su ausencia pasó desapercibida porque en esa sesión al oficialismo le alcanzaron los votos con holgura para aprobar el proyecto. 

Pero en el Senado, el escenario es bien diferente.

Aunque todavía, no está clara la posición del massismo, se sabe que el Frente para la Victoria apelará a algunas ausencias de bloques opositores pero necesita dentro del recinto a sus 19 senadores y sus dos aliados. Así y todo, sin el apoyo del Frente Renovador, el oficialismo todavía no tiene asegurado los votos para aprobar los artículos que generan rechazo.

Por eso, una posibilidad para acercarse a la mayoría esa que asuma mañana Norberto García, un chivilcoyano responde directamente al ministro del Interior y Transporte. Según puso saber LPO, Randazzo -en contra de la jugada de Julián Domínguez- ya habría bajado la orden a su senador para que acompañe la el proyecto que reclama Scioli.

Esas diferencias obedecen a las aspiraciones de ambos de ser candidatos para llegar a la Rosada, pero también a una histórica rivalidad por el control del peronismo en la Cuarta Sección Electoral.