La "miliga" de gobernadores peronistas y partidos provinciales que hace quince días se puso al frente de la pelea contra el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias que la oposición impuso en la Cámara de Diputados, se manifestó conforme con el acuerdo alcanzado ayer con la CGT pero advirtió que no absorberán más costo fiscal que el previsto en el presupuesto.

Los gobernadores de esta "miniliga" se reunieron esta mañana en el hotel Savoy de la Ciudad de Buenos Aires -donde ya se habían encontrado para rechazar el proyecto opositor- en la previa de la cumbre con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en la Casa Rosada, donde les brindará detalles de la letra chica de lo acordado con la CGT y, lo que más les interesa, del costo fiscal.

El encuentro con los gobernadores es el último paso del Gobierno para sellar el texto que entre miércoles y viernes se aprobaría en el Congreso. Aunque se descuenta que Frigerio tendrá el visto bueno, los mandatarios provinciales se encargaron de remarcar que no resignarán más fondos de los previstos.

Así lo hizo saber Juan Schiaretti, uno de los impulsores del nuevo grupo de gobernadores, junto al salteño Juan Manuel Urtubey y el sanjuanino Sergio Uñac. El cordobés destacó que el acuerdo va en la "dirección correcta" y que "es beneficioso" para las provincias, pero dejó una duda sobre el tema fiscal, que como explicó LPO también genera diferencias con la oposición.

"Las provincias nos haremos cargo hasta el monto que estaba previsto en el presupuesto", advirtió Schiaretti al referirse al costo fiscal del nuevo proyecto. En la misma línea se expresó la fueguina Rosana Bertone. 

En el Presupuesto, se preveía que la modificación de Ganancias tendría un costo de 27 mil millones de pesos, la mitad de los cuales pierde Nación y la otra mitad las provincias. El temor que hay entre los jefes provinciales es que podrían perder hasta unos 10 mil millones extras, según calculaban anoche en Diputados.

DyN

Además de Schiaretti y Uñac (Urtubey no estuvo por una "indisposición", pero expresó su apoyo por los medios), en el encuentro en el Savoy estuvieron Bertone, Gustavo Bordet, Domingo Peppo, Hugo Passalacqua, Miguel Lifschitz, Omar Gutiérrez, Alberto Weretilneck y la sorpresa del puntano Alberto Rodríguez Saá. Otro que faltó fue el riojano Sergio Casas.  

Schiaretti remarcó que "este acuerdo respeta el monto que resignaban las provincias que estaba en el Presupuesto" y señaló que la Casa Rosada "se hace cargo de la diferencia" entre el proyecto original de Alfonso Prat Gay y el acordado ayer por Frigerio y Mario Quintana. Dijo que hay "un compromiso verbal" del Gobierno y que esperan verlo ratificado, aunque admitió que no saben cómo será el mecanismo para que las provincias no pierdan fondos.

El tema es que no está del todo clara cuál es la diferencia entre el costo fiscal de uno y otro proyecto. Ayer, desde el oficialismo decían que el costo del proyecto será "un poquito más de lo que está en el original". Se hablaba de una diferencia de entre 5 mil y 7 mil millones de pesos, a cubrir con el impuesto al juego y algún otro gravamen. Sin embargo, otros cálculos internos hablan de entre 10 mil y 12 mil millones, lo que llevaría la cuenta hasta casi 40 mil millones.

Apoyo de Das Neves Otro gobernador que se mostró conforme con el acuerdo fue Mario Das Neves, que había criticado el texto anterior de la Rosada. "El Gobierno ha dado el paso correcto. Creo que la reacción ahora fue buena, no fue buena al principio, de mandar esto sobre la hora, sobre el final, sin estar consensuado con los gobernadores y la CGT", indicó el chubutense.

Pero en la oposición consideraban que el costo del nuevo proyecto no bajará de los 60 mil millones de pesos, debido a la inclusión de nuevas deducciones y a la negativa del Gobierno a restablecer las retenciones a la minería e imponer un impuesto a la renta financiera. 

El Gobierno aspira a recaudar 7 mil millones mediante un impuestazo al juego, que había mitigado el proyecto opositor y que ahora revive, junto a un impuesto por única vez al dólar futuro, que representaría unos 6 mil millones. Otros 3 mil millones podrían llegar con el ajuste al monotributo.

Sin embargo, en el massismo le advierten al oficialismo que los niveles de impuesto que piensan cobrarle al juego son confiscatorios y que podrían terminar con una medida judicial que los termine volteando. Además, la Rosada aplicar quiere un tributo sobre las apuestas y en la oposición creen que es una potestad de las provincias. Por otro lado, en el propio Gobierno no cierra la idea de cobrar un gravamen al dólar futuro.

Así las cosas, Frigerio tendrá la tarea de sacarle todas las dudas a los gobernadores y comprometerse a que no les profundizará el rojo de sus cuentas fiscales, un punto que podría complicar el acuerdo, aunque en la Rosada confían en que difícilmente eso pase.