Confirmada en las últimas horas, la renuncia del alcalde de Miami, Francis Suárez, a ser candidato a presidente era previsible. Sin embargo, su decisión se inscribe en un panorama que muestra el contraste profundo entre los discursos de campaña que apuntan al electorado latino y el protagonismo real que tienen los hispanos en la polÃtica estadounidense.
"Pretender postularme para presidente de los Estados Unidos ha sido uno de los mayores honores de mi vida (...) Aunque he decidido suspender mi campaña para la presidencia, mi compromiso de hacer de esta una mejor nación para todos los estadounidenses permanece", afirmó Suárez a través de un comunicado.
Suárez era el único candidato latino anotado en la carrera presidencial y la decisión de renunciar a la posibilidad remota de llegar a la Casa Blanca puede ser leÃda en diferentes claves. En primer lugar, el alcalde de Miami es un polÃtico decidido a ganar protagonismo y suele embarcarse en campañas publicitarias para inscribir su nombre en la escena nacional. Tal vez aspire todavÃa en lo más Ãntimo a ser vicepresidente de Donald Trump y aceptar los sondeos que Kellyanne Conway hizo para acercarlo al ex presidente.
Suárez quedó al margen del debate republicano y la campaña presidencial se quedarÃa sin latinos
En segundo lugar, aunque seguramente más relevante, la renuncia de Suárez deja sin candidatos hispanos a la presidencia en un paÃs que tiene 62 millones de latinos, un continente en expansión permanente que está destinado a seguir ganando protagonismo.
Tal como contó LPO, la presencia de los hispanos en Estados Unidos viene creciendo de manera sostenida, lo mismo que su poder en las urnas. Ya en 2022, 34,5 millones de latinos estaban en condiciones de votar en las elecciones intermedias. El número proporcionado por el Pew Research Center mostraba que ya entonces representaban al 14,3% de todos los ciudadanos elegibles, pero la tendencia se profundiza cada dÃa.
De acuerdo a las cifras del mismo centro, un nuevo hispano cumple 18 años en todo el paÃs cada 30 segundos. Si se suman los 4 millones que ahora calcula AP en base a datos del mismo centro, en 2024 serán 38,5 millones de latinos los que estén en condiciones de ir a votar.
Aunque republicanos y demócratas compiten cada vez con más intensidad para ganar el voto latino, la elección presidencial de 2024 no contará con aspirantes presidenciales de la comunidad más grande de los Estados Unidos. El dato no solo muestra un contraste con la prédica de los asesores de campaña de los dos partidos: también marca un retroceso en relación a lo que republicanos y demócratas decidieron en las últimas elecciones.
En 2016, el Partido Republicano contaba con el senador de Texas Ted Cruz y el senador de Florida Marco Rubio como candidatos a la presidencia. Pero además tenÃan en el ex gobernador de Florida Jeb Bush un postulante que se desvivÃa por ofrecerse como alternativa para la comunidad hispana.
El hermano menor de George W. Bush presumÃa de sus vÃnculos con el mundo latino, hablaba español, habÃa pasado dos años de su juventud trabajando en Venezuela y estaba casado con una mexicana, que conoció durante una estadÃa en León, Guanajuato. Tan fuerte era su intención de ganar el voto latino que hasta llegó a definirse como "hispano" en el registro electoral de 2009, una maniobra intencional que más tarde presentó como un "error" involuntario. Aunque todos ellos quedaron en el camino, arrasados por el huracán Trump, expresaban una corriente de dirigentes republicanos ligados al voto latino y con credenciales para disputar el liderazgo de su partido.
Entre los demócratas, en 2020, también hubo hispanos como Julian Castro. El ex alcalde de San Antonio en Texas entre los años 2009 y 2014 era nieto de una inmigrante mexicana y habÃa sido secretario de Vivienda de Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama. Su nombre figuró más tarde como posible compañero de fórmula de Hillary Clinton. Aunque finalmente quedó al margen de la carrera presidencial demócrata en la que se impuso Joe Biden, Castro expresó a una generación con ambición de poder.
Por último, estaba el caso de otro demócrata que no era latino pero tenÃa una llegada indudable a la comunidad. El ex congresista Beto O'Rourke, considerado por algunos el Kennedy texano, era una alternativa demócrata que podÃa concitar el apoyo hispano para llegar a la Casa Blanca. Nacido en El Paso, frente a Ciudad Juárez, habla español sin dificultades y conoce la problemática de los migrantes. En 2024, sin embargo, ni demócratas ni republicanos tendrán candidatos latinos en la contienda de las primarias.
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