
Manuel Rocha fue condenado a 15 años de prisión. Ese desenlace fue anticipado por LPO. El espÃa cubano tiene 73 años, asà que es probable que pase el resto de su vida encerrado. La jueza federal de Miami, Beth Bloom, calificó a Rocha como "un enemigo del gobierno de Estados Unidos". Durante la audiencia, agregó que "sus acciones fueron un ataque directo a nuestra democracia y a la seguridad de nuestros ciudadanos". La jueza le habló directamente a este agente nacido en Colombia y le dijo: "Le diste la espalda a este paÃs, un paÃs que te lo dio todo".
Poco antes de escuchar la sentenciado, Rocha buscó piedad y mostró arrepentimiento ante la jueza. También, ante Estados Unidos y su familia. "Como estudiante, estaba muy influenciado por la polÃtica radical de la época", se exculpó. "Hoy en dÃa, ya no veo el mundo a través de los ojos radicales de mi juventud", planteó Rocha. Fue un argumento dudoso, porque hasta noviembre de 2022 este diplomático se jactaba de cinematográfica historia de infiltración. Apenas un año y medio atrás, este topo nacido en Colombia cayó en la trampa que le tendió el FBI y confesó sus engaños.
Ante un doble agente que lo estaba grabando, Rocha se jactó de haber ejercido como agente cubano en el gobierno de Estados Unidos por 42 años. Se trata de una de las infiltraciones más duraderas y de mayor alcance en la historia. Rocha llegó a ser el principal asesor de la Casa Blanca para América Latina. Fue el delegado de EEUU en La Habana hasta 1997. Y durante seis años actuó como cerebro del mÃtico Comando Sur, el complejo militar con base en Miami que diseña las polÃticas de seguridad y lucha contra el narcotráfico en la región. Además fue embajador en Bolivia y representante en la Argentina.
"El tribunal va a sentenciarle al máximo castigo permitido por ley", declaró la jueza Beth Bloom. Y sumó a la condena una multa de 500.000 dólares. En febrero pasado Rocha cambió de libreto y se declaró culpable de haber conspirado contra el gobierno de Estados Unidos y de haber actuado como agente extranjero ilegal. Lo hizo tras alcanzar un acuerdo con la Oficina del Fiscal de Estados Unidos en Miami. Esos dos delitos conllevaban penas máximas de cinco y 10 años.
Según su acuerdo de culpabilidad, este ex agente está cooperando con el gobierno en investigaciones sobre Cuba, dando información al Departamento de Justicia sobre su trabajo encubierto para el régimen de los Castro. La jueza Bloom, sin embargo, mostró su descontento con el acuerdo. Y pretendÃa que los fiscales fueran por la confiscación total de las propiedades de Rocha, tal como consignó el Miami Herald. Después de ser acusado en diciembre, el hombre de 73 años transfirió las escrituras de cuatro condominios de lujo en Brickell que habÃa comprado con su esposa, Karla Wittkop Rocha, exclusivamente para ella. La mujer es una dominicana diseñadora de modas de la que se desconoce cuánta información tenÃa sobre la doble vida de su esposo. Rocha también transfirió sus dos cuentas bancarias a su esposa, dijeron los fiscales.
Nacido en Colombia, Rocha creció en una casa de clase trabajadora en Nueva York. Estudió en Yale, Harvard y Georgetown, antes de recibir la ciudadanÃa estadounidense e incorporarse al servicio exterior a principio de los ochenta.
A lo largo de 42 años como espÃa, se camufló de halcón republicano, trumpista fanático, simpatizante peronista, cruzado contra las drogas, lobista corporativo y fuente del periodismo en Miami. La admisión de culpabilidad de Rocha potenció la enorme sensación de sorpresa, incredulidad y orgullo herido que su historia causó en todo el continente.
Una vez retirado del servicio diplomático, Rocha se reinventó como lobista y asesor corporativo. Trabajó para la poderosa Barrick Gold. Intentó aconsejar a Donald Trump, de quien se declaraba incondicional. "Manuel se hacÃa pasar por trumpista. ParecÃa más trumpista que el mismÃsimo Donald Trump", le contó a LPO quien fue su amigo durante 35 años. Se trata del cubano-americano Emilio González, un militar y diplomático republicano que estuvo a cargo de cuidar la frontera sur de EE.UU. entre 2005 y 2009.
González conoció a Rocha en 1989 en la ciudad de México. Ambos eran diplomáticos enviados por el gobierno de Estados Unidos. Desde ese momento mantuvieron una relación de confianza que González califica, o calificaba, como una profunda amistad.
Este actual consultor tiene el mismo enojo que la jueza. "Por qué, le preguntarÃa sólo eso: ¿por qué? Si gozó de la educación en las mejores escuelas y universidades, si en su profesión de diplomático llegó a los más altos niveles, con qué necesidad se prostituyó ante un gobierno que está en bancarrota económica, filosófica y moral", se queja.
¿Cuál fue el secreto del éxito de Rocha? "Ir de a poco y con meticulosidad", reveló el espÃa en uno de los tres encuentros que mantuvo con el agente del FBI que le hizo pisar el palito. En una suerte de reflexión catártica, Rocha le confesó a "Miguel" que el espionaje "no es fácil, implica un gran peligro y un enorme sacrificio, con tensiones que hay saber que manejar internamente". ¿Cómo lo logró sin quebrarse o ser descubierto? Su fórmula fue simple y artesanal. "Cuando tenés la convicción, tenés la autodisciplina", aseguró.
En ese punto, el castrismo cuenta con una enorme ventaja respecto al resto de los paÃses. Los espÃas estadounidenses, los chinos y los rusos lo hacen por dinero. Los cubanos, por amor a la revolución. Lo señaló el senador republicano por Florida Marco Rubio. "La inteligencia de Cuba, en términos de espionaje humano y no de tecnologÃa electrónica, es la mejor del mundo. Ellos no le pagan a nadie. Lo hacen gratis", afirma Rubio.
"Era un diplomático encantador y una persona muy influyente en la Casa Blanca. Era austero y buen conversador sin ser un charlatán, además de ser un halcón republicano y anticastrista. Eso, hasta hace unos meses", recuerda con un toque de humor el polÃtico argentino Diego Guelar. Embajador en Washington mientras Rocha era el delegado de EEUU en Buenos Aires, Guelar tenÃa trato habitual con Rocha.
Para Emilio González, quien fue su amigo por 35 años, no existe la posibilidad del perdón al espÃa. "No, porque ese señor es muy inteligente. No tuvo momentos de duda. SabÃa perfectamente lo que estaba haciendo", le dijo a este medio.
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