Guerra en Ucrania
La Casa Blanca promete a Zelensky mantener el apoyo pero ya culpa a los republicanos por una posible capitulación
Blinken y Sullivan se reunieron con el ucraniano en Davos. Biden convoca de urgencia a los líderes opositores del Congreso a la Casa Blanca y ensaya un plan B.

El gobierno de los Estados Unidos reafirmó su apoyo a la resistencia ucraniana. El secretario de Estado Antony J. Blinken y el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan se lo aseguraron, en persona, al presidente Volodymir Zelensky. El apoyo se acaba de concretar. Ocurrió durante un cara a cara en el Foro Económico de Davos, en Suiza. 

Zelensky agradeció a la administración de Joe Biden y al "apoyo bipartidista" en el Congreso. Fue en realidad una declaración de deseos por parte del ex comediante y actual presidente ucraniano. Agradeció un respaldo que no existe. Porque el auxilio financiero de 61.000 millones de dólares impulsado por Biden se encuentra empantanado en el Senado. Los halcones republicanos olfatean la debilidad del presidente y se niegan a prestar los votos que el gobierno necesita para aprobar un nuevo paquete de ayuda a Zelensky.

A cambio de girar más fondos a Ucrania e Israel, la oposición le exige a la Casa Blanca sancionar una política migratoria mucho más restrictiva. Biden afirmó que esa condición de los republicanos implicará el "mayor regalo" para Vladimir Putin. Pero la negociación en el Congreso está planteada así desde hace meses: el amplio proyecto en debate ata dos puntos críticos que no guardan relación entre sí. Pero en la lógica del trumpismo sí la tienen. El razonamiento de Donald Trump y los halcones republicanos es simple, auto-centrado y seductor para votantes conservadores agobiados por la inflación acumulada en los últimos años: para qué seguir gastando millones en problemas lejanos, cuando existen urgencias y amenazas en el territorio propio.

Condicionado en todos los frentes, Biden insinúa que dejará de financiar a Ucrania en la guerra contra Putin

Casi un cuarto de millón de inmigrantes intentó cruzar la frontera en noviembre. La Patrulla Fronteriza además arrestó a 17 personas que figuraban en la lista de vigilancia terrorista del FBI. Con esas detenciones, el 2023 superó a los seis años previos sumados en ese rubro tan sensible.

"Estamos dándole un montón dinero a Ucrania para que defiendan su frontera, pero nosotros no defendemos la nuestra", se queja el comisionado del condado de Miami-Dade, Kevin Cabrera, el principal vocero y armador de Trump en el amplio universo de los votantes latinos. Cabrera le dice a LPO que cuando el republicano vuelva a la Casa Blanca, va a negociar rápidamente para que se acabe el conflicto.

Biden quedó atrapado por su retórica humanitaria ante la crisis en la frontera sur y la promesa de respaldar a Ucrania hasta el final. Pero la guerra se estira mucho más de la cuenta. La invasión de Putin, una posibilidad minimizada hasta el borde de la mala práxis por parte de la inteligencia estadounidense, está por cumplir dos años. Y las imágenes cruentas de Ucrania se convirtieron en parte de un paisaje que anestesia. Las postales de caos y desborde por parte de los migrantes en Texas, pero también en ciudades como Nueva York, Boston y Detroit, potencian la sensación de lejanía respecto a la guerra en Ucrania.  

Zelensky agradeció a los enviados de Biden un respaldo que hoy no existe. Porque el auxilio financiero de 61.000 millones de dólares impulsado por Biden se encuentra empantanado en el Senado. 

En ese contexto, la Casa Blanca se empezó a quedar sin dólares, sin tiempo y sin ideas para encontrar una salida elegante. Tras el encuentro de Blinken con Zelensky, el Departamento de Estado deslizó sutilmente que existen otras vías de apoyo y no sólo los dólares del Tesoro estadounidense. Según el comunicado oficial, en la cita se discutió "la importancia de la asistencia global continua para apoyar a Ucrania en su lucha por su libertad y soberanía; y también hablaron sobre los esfuerzos para apoyar la resiliencia y la recuperación económica, incluso a través de la inversión del sector privado".

Estados Unidos es el país que por lejos dio más apoyo logístico, financiero y militar a Kiev. Algunos estiman la ayuda en más de 110.000 millones de dólares desde la invasión rusa. Hasta la candidata republicana "globalista" Nikky Haley, como la llaman despectivamente los republicanos línea MAGA, afirmó que Europa debería ocupar un rol más activo en favor de Ucrania. "En definitiva, se trata de su vecindario", afirmó Haley en el último debate, mientras Ron DeSantis la acusaba de querer seguir financiando a Zelensky.

La Casa Blanca promete a Zelensky mantener el apoyo pero ya culpa a los republicanos por una posible capitulación

El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ya adelantó que, sin el aval republicano en el Senado, se acaba oficialmente la ayuda militar a Ucrania. La estrategia encierra un intento de exponer a la oposición. Y en especial, al trumpismo. Pero la amenaza cada día está más cerca de convertirse en realidad. ¿Una retirada estadounidense derivaría en una derrota inmediata de las tropas ucranianas?

"Es pronto para asegurarlo. Ucrania sorprendió a todo el mundo. En los papales iba a perder rápidamente ante un ejército mucho más preparado y con más experiencia, pero debido al espíritu patriótico de su pueblo y al uso barato y efectivo de recursos militares, resistió más de lo esperado. Pero si Estados Unidos corta su asistencia veo muy difícil el camino para Ucrania", opina el académico Leland Lazarus, profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU), diplomático y ex funcionario del Departamento de Estado.

Sin tregua para Biden: el líder del Congreso se instala en la frontera sur con 60 republicanos

Experto en política internacional y en China en particular, Lazarus se enfoca en las consecuencias que tendría el corrimiento estadounidense. "Mandaría un mensaje muy negativo a nuestros socios en el mundo. No sólo a Ucrania, sino también a Taiwán. Tras el triunfo del Progreso Democrático para un tercer período en el gobierno, el partido que más enoja al Partido Comunista en Beijing, la tensión entre China y Taiwán escalaría".

En Davos, Ucrania acaba de presentar un plan de paz de 10 puntos a representantes de 83 países. Ahí Zelensky describió los ambiciosos términos de Kiev para poner fin a la guerra con Rusia. Pero China estuvo notoriamente ausente. Y Moscú tampoco aceptará el llamado de Ucrania a una retirada completa de las fuerzas rusas. 

La Casa Blanca se empezó a quedar sin dólares, sin tiempo y sin ideas para encontrar una salida elegante. Tras el encuentro de Blinken con Zelensky, el Departamento de Estado deslizó sutilmente que existen otras vías de apoyo y no sólo los dólares del Tesoro estadounidense.

"China trata de mostrarse como posible mediador, pero en los hechos sigue apoyando económicamente a Rusia, no de forma militar, pero sí con plata. Eso es clave. Compra comida, petróleo y le vende automóviles a Rusia. Hay empresas chinas que venden drones y vehículos que tienen doble uso, civil y militar", explica Lazarus. El profesor de la FIU agrega que mientras el Senado estadounidense amaga con cortar su apoya a Ucrania, en la Unión Europea hay países que anticipan su retirada. Por ejemplo, Hungría. En el rincón de Putin, Rusia recibe el respaldo explícito de Corea del Norte e Irán, más el sutil apoyo chino. 

Frente a ese choque de fuerzas, para el analista no asistir al socio ucraniano tendrá repercusiones tanto en la política doméstica como en todo el mundo. "El mensaje de los EE.UU. será que no es un socio confiable, animando a los países autoritarios a avanzar", resume Lazarus.

Debido al espíritu patriótico de su pueblo y al uso barato y efectivo de recursos militares, Ucrania resistió más de lo esperado. Pero si Estados Unidos corta su asistencia veo muy difícil el camino para Ucrania.

Poco después de la cumbre en Davos, Biden convocó a los líderes republicanos del Congreso a una reunión este miércoles en la Casa Blanca para este miércoles. Según informó Punchbowl, se espera que asistan se encuentran el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, el presidente Mike Johnson y el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.

Los negociadores del Senado llevan meses discutiendo un acuerdo bipartidista para agregar nuevas restricciones en políticas fronterizas y de inmigración a la solicitud suplementaria de Biden de 100 mil millones de dólares para Ucrania, Israel, Taiwán y la seguridad fronteriza.  


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