Ante el desacuerdo generalizado que caracteriza las operaciones del Congreso, la aprobación acelerada y bipartidaria de una amenaza a la red social TikTok en la Cámara de los Representantes podrÃa sugerir un contexto de apremio polÃtico o social. No obstante, tanto la dificultosa e improbable aprobación del proyecto de ley por el Senado y el contenido de la misma demuestran su leve absurdismo.
El proyecto de ley -presentado por Mike Gallagher, republicano de Wisconsin, y Raja Krishnamoorthi, demócrata de Illinois- demanda que la compañÃa matriz de TikTok, ByteDance, de origen chino, venda la operación de TikTok en EEUU a capitales occidentales en seis meses o se enfrente a una prohibición. La iniciativa es producto de la "guerra frÃa" entre China y los EEUU, cuyos puntos de choque son la tecnologÃa y las redes sociales.
Para comprender esta situación, debemos historizar tanto a TikTok como la relación del universo de la tecnologÃa de EEUU con China. El paÃs asiático es una relativa novedad en el escenario económico mundial, pero su crecimiento y desarrollo aceleran desde hace décadas. La anterior amenaza económica en Asia era Japón, hasta que el PBI de ese paÃs detuvo su marcha ascendente a mediados de los ‘90.
Si bien EEUU ha estado a la vanguardia de la informática desde sus inicios durante la Segunda Guerra Mundial, el complejo sistema del que depende su poderÃo tecnológico es complejo y transnacional. Depende, en parte, de los estrechos lazos entre EEUU y su aliado de Taiwan, un "segundo estado" dentro de China, a efectos prácticos independiente, capitalista, y (hace no tantos años) democrático.
El chip contiene los elementos técnicos clave y de mayor complejidad de la computadora. Entre estos, el más importante es el transistor, en su nivel más simple un interruptor que puede estar prendido o apagado, indicando un 1 o un 0, el código binario mediante el cual las computadoras almacenan y utilizan información. Entre más transistores contenga un chip, mayor será su capacidad de procesar y/o almacenar información, y por lo tanto mayor su eficacia y potencia.
Los transistores siguen la llamada "ley de Moore", producida en 1965 por Gordon Moore, director de Fairchild Semiconductor, una compañÃa clave en la historia de la computación. Moore predijo que el número de transistores que cabrÃan en un chip se duplicarÃa, aproximadamente, cada dos años, predicción que hasta ahora se ha cumplido. Este crecimiento exponencial significa que hay una diferencia enorme entre generaciones de chip y que un atraso relativo de una o dos generaciones implica un diferencial de poderÃo informático imponente y casi insuperable.
La "guerra frÃa" en la que se encuentran enlazados EEUU y China se inició hace no tantos años. Al ser desde sus inicios la industria tecnológica de alta importancia para los programas de defensa de EEUU, las tecnologÃas allà desarrolladas han sido secretos resguardados de forma celosa. Son relevantes para sistemas de inteligencia, drones, navegación, seguridad criptográfica y otras aplicaciones clave dentro de la infraestructura militar y de defensa.
China inició su desarrollo informático después de EEUU y siempre estuvo retrasada, aunque en los últimos años la brecha-históricamente de varias generaciones de chips-se redujo a entre una y dos generaciones. Un diferencial importante, sin duda, pero mucho menor al que existÃa con anterioridad.
Aunque esto pasó desapercibido mientras China se encontraba del otro lado de la "cortina de hierro", y fuera de cualquier tipo de competencia económica frente a EEUU, su ascendencia a lo largo del siglo XXI despertó nuevas ansiedades sobre la posibilidad de que EEUU pierda el dominio tecnológico que facilitó su poderÃo a lo largo de los últimos 80 años.
Al mismo tiempo, el poderÃo estadounidense no ha dependido solamente de su capacidad tecnológica, sino también de un amplio abanico de alianzas con estados bajo su órbita próximos a China -sobre todo Corea del Sur, Japón, y Taiwán. Con el proceso de globalización industrial que caracterizó los años '80 y '90, fábricas de componentes clave que antes se habÃan nucleado alrededor de Silicon Valley se mudaron a esos paÃses asiáticos con bajos costos de mano de obra y bajo acuerdos comerciales internacionales que les ofrecÃan jugosos beneficios impositivos.
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Esto encontró su auge en la fundación, por parte de ingenieros formados en los EEUU, de la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) a fines de los años '80. Hoy entre las compañÃas de mayor valor a nivel mundial, esta es la principal productora de chips de vanguardia: produce alrededor del 61.2% de los chips a nivel mundial según Statista. La segunda es Samsung, de origen surcoreano, que produce alrededor del 11% en base al mismo estudio.
Estas compañÃas, que llevan la vanguardia técnica y de ingenierÃa, están alineadas de forma integral con EEUU y sus distintos elementos, y sus secretos comerciales son de los más guardados del mundo. China, al no tener acceso ni a estas fábricas -aunque, técnicamente, la TSMC se ubica dentro de su territorio, siendo Taiwan parte de China- ni a la tecnologÃa de avanzada que estas desarrollan, se ha encontrado en desventaja.
Sin embargo, ha habido filtraciones en los últimos años, tanto de parte de Samsung como de TSMC. Si bien Taiwán y Corea del Sur han ajustado con severidad su regulación para evitar este tipo de eventos, es probable que sigan ocurriendo a medida que la competencia con China se intensifique.
Este trasfondo informa los sucesos alrededor de TikTok de manera directa, construyendo un ruido de fondo que incentiva desafiar a China de cualquier forma posible. La amenaza concreta nombrada por el proyecto de ley aprobado por la cámara de representantes es que TikTok genera información sobre el electorado de EEUU que podrÃa ser utilizada, por ejemplo, para "influenciar elecciones". Esta acusación tiene como antecedente otras similares de 2016 respecto a Rusia, que jamás se han demostrado.
Si bien es verdad que el Partido Comunista Chino es propietario de una parte de ByteDance-un requisito legal en China-no hay evidencia de que este tenga acceso a la información de los usuarios estadounidenses de TikTok. Tampoco es del todo evidente qué podrÃa hacer el estado chino con la información que obtendrÃa, en particular teniendo en cuenta el volumen de la misma.
Además, tampoco está del todo claro: ¿qué implicarÃa, precisamente, intervenir de manera ilegal en una elección mediante redes sociales? Las leyes mediante las cuales se rige el comportamiento de los usuarios de plataformas de redes sociales son difusas y ni siquiera los expertos -tanto quienes las construyen como quienes las estudian- las comprenden por completo.
No hay pruebas de que el "algoritmo" por el cuál se ha celebrado a TikTok, y se supone es la clave de su éxito, ostente diferencias cualitativas significativas frente al utilizado por Instagram para sus "Reels", una funcionalidad diseñada para competir a TikTok.
Los "Reels" fueron lanzados en 2018, tras la monumental y meteórica llegada de TikTok al paÃs y en medio de una tormenta mediática por el rol de Facebook, y la agencia Cambridge Analytica, en la elección que ganó Donald Trump en 2016. ByteDance adquirió TikTok-entonces llamada Musical.ly-en 2017.
En su testimonio ante el Congreso en 2018, Mark Zuckerberg apuntó contra la misma, como parte de una estrategia china para "exportar su visión de Internet a otros paÃses". Facebook habÃa intentado comprar la app previo a la adquisición de ByteDance, cuya compra llevó a una evaluación del Congreso por preocupaciones de seguridad nacional similares a las contemporáneas. Trump, por su parte, se declaró en contra de la prohibición, acusando a Facebook de tener una influencia aún más nociva.
A ese panorama debe agregársele los alegatos, por parte de figuras de la comunidad judÃa de EEUU, de que TikTok facilita la circulación de contenido antisemita de manera desproporcionada. Los números. no obstante, que el nivel de antisemitismo e islamofobia en TikTok es similar al que existe en X (Twitter) y demás redes.
Parece improbable que el proyecto de ley supere el Senado -el lÃder de la mayorÃa demócrata, Chuck Schumer, ya ha anunciado que no está seguro si siquiera permitirá que se trate la misma. Lo que no es improbable es que continúen los enfrentamientos tecnológicos con China a medida que el poderÃo económico y técnico del paÃs asiático siga creciendo de manera acelerada.
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